En una situación soñada, todo colombiano, sin importar su etnia o procedencia, está cubierto por un sistema de salud eficiente. Ya sea por falta de presencia del Estado o por situaciones que lo hacen remotamente imposible, no es el caso, y en muchos territorios no sobran los esfuerzos para dotar a la población de tanto conocimiento sea posible para su autocuidado.
En la comunidad de la Alta Guajira, como lo anota la fundación Keralty desde sus acciones y palabras, los medicamentos “normales” no están disponibles de forma continua y, cuando lo están, no se consiguen en todo el territorio. Por esa razón resulta más que relevante armar una cartilla que recopila los conocimientos Wayúu y de la medicina occidental. La intención es darle a estas poblaciones la posibilidad de utilizar las plantas propias del territorio y sabiduría a su alcance como recursos de salud.
El vademécum, que recopila la imagen, nombre en español, nombre en Wayuunaiki, nombre científico, descripción, principios activos, dolencias para las que funciona y forma de preparación de 26 plantas diferentes, permite identificar alternativas para actuar de manera complementaria frente a la desnutrición y tratar las infecciones respiratorias agudas, las enfermedades diarreicas agudas, los problemas de la piel, la salud materno infantil, entre otros.
Como lo expresan muchos de los mayores, el conocimiento wayuu está desapareciendo pues la mayoría de los jóvenes no se interesan en su cultura, sumado a que los alijuna (extranjeros) poco reconocen su potencial. Este deterioro cultural afecta indiscutiblemente el bienestar y la salud de las comunidades, pues mientras los mayores gozan de vitalidad, las generaciones más próximas se enfrentan a dolencias que son prevenibles. Como lo expresa la señora Cecilia, mujer wayuu, “no sabe el alijuna, incluso a veces el wayuu, lo que hace desmontando lo que mal llaman maleza, siendo que es allí donde se encuentra la cura a muchos de sus males, no solo del cuerpo, sino también del alma” (en Ramírez, 2015).
Un proceso conjunto
El documento se desarrolló luego de 4 años de permanentes visitas por parte de la Fundación Keralty a la Alta Guajira, y se hizo posible gracias al conocimiento que compartieron las comunidades de Yorijarú, Kulesiamana, Kaparala, Makuira, Mochomana y Ureuka sobre los usos de las plantas medicinales que nacen en la Serranía de la Makuira.
Es uno de los resultados del proyecto ‘A Guajira’, que apunta a que se potencien los recursos de salud con los que cuenta la comunidad y trabaja por la salud y el bienestar del pueblo Wayúu, a partir de liderazgos y redes comunitarias de cuidado. En este sentido, que dichas comunidades cuenten con el ‘Vademécum de plantas medicinales’ es un avance en la dirección correcta con impacto directo en las comunidades.
“El Proyecto A-Guajira busca identificar, fortalecer y movilizar los recursos, habilidades y talentos del pueblo Wayúu, denominados activos de salud. Por ello, el propósito del vademécum es promover la difusión de conocimientos y de recursos propios de esta comunidad que activen la salud en el territorio, en este caso, a partir de las principales plantas medicinales presentes en las comunidades, principalmente si se tiene en cuenta que muchos de los medicamentos que hoy se usan en la biomedicina tienen su origen en la medicina tradicional y en las plantas medicinales” afirmó sobre este trabajo Camila Ronderos, directora de la Fundación Keralty.