Arias y Troller fueron libretistas de Zoociedad, el inolvidable programa político de Jaime Garzón, y Vladdo, el caricaturista que lleva 25 años en SEMANA. Los tres se sentaron a responder las preguntas de Mábel Lara sobre humor político.Sobre el fin de la sátira en ColombiaDesaparecieron programas como Quack, Zoociedad y Los reencauchados. ¿Por qué? Lara le preguntó a su panel qué pasó con la sátira política en la televisión colombiana.Puede leer: “Álvaro Uribe fue peor opositor a Juan Manuel Santos que Laureano Gómez a su tío Eduardo”: María Jimena Duzán en Ideas al BarrioVladdo: La televisión se volvió privada y a los dueños de los canales empezó a costarles permitir que sus programas ridiculizaran a sus amigos políticos y a sus colegas, grandes empresarios y directivos de medios de comunicación.Karl Troller: Cuando apareció la posibilidad de sacar a licitación un tercer canal de televisión, ningún empresario se volvió a atrever a darle duro al gobierno a través del humor por miedo a quedarse sin el canal.Eduardo Arias: La televisión se dedicó a facturar productos de exportación, que sean comprados por canales latinoamericanos y estadounidenses. El humor político perdió así todo atractivo para los dueños de los canales porque es muy local.Sobre la reacción a la crítica humorística y las amenazas en redes socialesDe los tres panelistas, Vladdo fue el que más se refirió a las amenazas en redes sociales. El caricaturista piensa que hay que saber calibrar si todo aquel que amenaza en una red social está dispuesto a cumplir lo que promete. Aseguró que lo han amenazado mil veces y de las peores formas pero no ha dado un solo paso al costado.Vladdo: Las únicas personas que me tienen bloqueado en Twitter son Uribe, Cristina Fernández de Kirchner y Rafael Correa. ¿Y Maduro? No, porque él no sabe leer.Puede leer: “En Colombia se debe cambiar la forma de enseñar historia”: Jorge Orlando Melo en Ideas al BarrioVladdo: Cuando los colombianos se sientan frente a su computador, camuflados entre una masa de tuiteros enfurecidos, empiezan a gritar lo que sea como cualquier María Fernanda Cabal. Pero no por eso debe un caricaturista salirse de Twitter y meterse a dibujar debajo de su cama.Eduardo Arias: A Jaime Garzón lo mataron pero no fue por los chistes sino por la molestia que causó en los paramilitares su intervención en las negociaciones para liberar secuestrados.Puede leer: Cambiaron su vida para servirles a los demás y estuvieron en Ideas al Barrio contando su historiaSobre la corrección políticaEs un tema que entra en franco conflicto con el humor. ¿Deben los humoristas someterse a la expectativa moral de su público?Karl Troller: Un negro se puede burlar de los negros pero un blanco, no. Entonces el problema no son los chistes sin de quién vienen.Eduardo Arias: A mí me gustaba que Zoociedad se burlara de los poderosos. Pero reírse de los débiles de este país no tiene gracia, mucho menos cuando uno es un periodista famoso y bien pago.Vladdo: El único límite que yo me pongo es el Código Penal. Tampoco publico chistes escatológicos o sobre los defectos físicos per se, porque no me gusta sacar a la luz nada que me avergonzaría que vieran mis hijos.Puede leer: “Me parece terrible que terminemos dándole 30 minutos a la Epa Colombia”, Yolanda Ruiz en Ideas al BarrioSobre el derecho a la intimidadSe le ha dicho que los humoristas no tienen derecho a recurrir a la vida personal de los políticos para hacer un chiste efectivo. Así se refirieron al asunto Eduardo Arias y Vladdo.Eduardo Arias: Yo no me burlo de la conducta privada de las personas. No hago humor, por ejemplo, sobre las primeras damas solo por ser las esposas de…Vladdo: Mientras los poderosos no conviertan los ‘temas púbicos’ en temas públicos, yo no toco esos temas. Pero, si un político mete a su amante en la nómina oficial, ahí sí hablo porque es él quien se encargó de interponer una relación privada en los asuntos públicos.Ambientalismo y desarrollo: conceptos que chocaron en Ideas al BarrioSobre la libertad de expresiónCuando Mábel preguntó si este derecho está por encima de todo, esto respondieron sus entrevistados.Eduardo Arias: Yo lo pensaría dos veces. Hay momentos en los que la libertad de expresión irresponsable puede poner en riesgo la vida de una persona, echar a perder un proceso de paz o interferir en la reactivación económica de un país.Vladdo: Cuando se trata de periodismo, la objetividad es un mito y la libertad, un derecho. En la tragedia de Charlie Hebdo no se cruzó el límite entre la libertad de expresión y la ofensa porque para eso estamos: pa’ joder la vida.