Si hubiera que definir Adiós entusiasmo en unas pocas palabras sería claustrofóbica y extraña. Esta película –una coproducción entre Colombia y Argentina– hace parte de los largometrajes de ficción que compiten en la categoría de ‘Mejor película colombiana’ en el Festival Internacional de Cine de Cartagena, FICCI, pero se estrenó la semana pasada en el Festival de Berlín.
Es la historia de una mujer que vive con sus tres hijos en un apartamento de Buenos Aires y que, por causa de un tratamiento (que nunca se termina de explicar), no puede salir de su cuarto. Axel, su hijo de diez años, es el encargado –junto a sus dos hermanas veinteañeras– de evitar que su madre deje la habitación, lo que aparentemente los podría poner en peligro.
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Su director es Vladimir Durán, un colombiano que vive en Argentina, estudió antropología en la Universidad de Montreal y dirección cinematográfica en la Universidad de Cine de Buenos Aires. Semana.com habló con él sobre esta, su primera película.
Semana.com: ¿Su película es claustrofóbica?
Vladimir Durán: Hay una claustrofobia que encierra a los personajes y que traté de transmitir al espectador. No sé si la película es claustrofóbica como tal, aunque sí sucede en una sola locación. Esas experiencias son siempre subjetivas.
Semana.com: ¿Es impredecible?
V.D.: Ojalá, eso espero. No quisiera hacer un cine que se pueda predecir.
Semana.com: ¿Su película es compleja?
V.D.: Nuevamente, eso espero. La complejidad la veo como algo positivo en las obras de arte en general.
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Semana.com: ¿Su película manipula al espectador?
V.D.: Me gusta el juego, el juego de los personajes y de los actores, y si ese juego se traslada al espectador, mejor. Manipulación es otra cosa.
Semana.com: ¿Qué siente o piensa cuando un espectador abandona la sala viendo su película?
V.D.: Que mi objetivo no es mantener a todos los espectadores en sala. Es parte de una decisión válida.
Semana.com: Muchos no sabemos quién es Vladimir Durán, ¿quién es usted?
V.D.: Un tipo que hizo una película
Semana.com: ¿Por qué Vladimir Durán no solo dirige, sino que también actúa?
V.D.: Llevó muchos años estudiando actuación y dirección de actores. Es algo que me interesa, es un impulso lúdico.
Semana.com: ¿Por qué cree que el público sale de la sala haciéndose muchas preguntas luego de ver su película?
V.D.: Es lo que quisiera que pasara. Me interesa el cine que pone el foco en los actores, en que estén presentes y vivos más que siguiendo un mandato narrativo o de motivación psicológica. No me importa si en ese proceso se va sustrayendo información “clave” de la historia. Al contrario, hay algo de la información y de los parámetros narrativos sustraídos que me interesa mucho.
Semana.com: ¿Cómo sabe que va por el camino correcto?
V.D.: Mientras sienta que lo que se está construyendo tiene verdad y presente desde la actuación voy a querer construir con eso, dejándome llevar por ese espíritu lúdico que atraviesa en los actores. Quiero permitirme desvíos y cierta porosidad en las relaciones entre personas de un mismo universo. Si después el resultado a nivel diegético es menos masticado no es algo que me importe. Siento que en la vida uno está todo el tiempo interpretando con elementos caóticos y ahí va armando un sentido propio. Si las preguntas a las que se refiere vienen desde ahí me parece bien.
Semana.com: ¿Qué es lo próximo de Vladimir Durán?
V.D.: Actuar en una obra de teatro en Buenos Aires. Además estoy trabajando en un próximo proyecto de largometraje titulado El Hermano Extranjero.