Tom Cruise defendió este martes la magia de los cines y las películas para la gran pantalla, durante un encuentro con el público en el Festival de Cannes, donde presenta el nuevo Top Gun: Maverick.
“Hago películas para la gran pantalla. Mis películas no saldrán directamente en las plataformas. Ir al cine es compartir una experiencia, sea cual sea nuestra cultura o lengua”, explicó la estrella hollywoodense.
“Me gusta ir a ver las películas en sala de cine cuando salen. Me pongo una gorra para no ser reconocido”, añadió ante un millar de fans, que lo ovacionaron ampliamente.
“Juntos saldremos de esta situación” añadió, en alusión a la caída de espectadores en los cines a causa de la competencia televisiva y la crisis sanitaria.
Más tarde, Cruise posó en la alfombra roja junto al elenco de Top Gun: Maverick, entre ellos Jennifer Connelly y Jon Hamm, justo antes de la proyección de la secuela de la famosa película de aviadores.
Hacía una treintena de años que Cruise no acudía a Cannes, donde esta vez fue una de las principales estrellas del certamen. En esta ocasión, el actor recibió una Palma de Oro honorífica.
“Cruise es inusual, porque ha logrado retener ese peso comercial, incluso cuando los estudios están dominados por películas de franquicias de superhéroes”, explica Paul McDonald, profesor del Kings College de Londres, especialista en el sector mediático.
Su película, que produce y protagoniza, es la secuela de su gran éxito de 1986, Top Gun. Encarna de nuevo al piloto Maverick, rebelde y arrogante, pero con más experiencia y dispuesto a pasar la antorcha a nuevos reclutas.
“A los cuatro años ya tenía ganas de hacer cine. Crecí con las películas de Buster Keaton, Harold Lloyd, Charlie Chaplin”, recordó Cruise, de 59 años. El actor también evocó su afición a interpretar sus propias acrobacias.
“Es como preguntar a Gene Kelly por qué baila” dijo entre risas. “Tenía cuatro años y medio. Me hice un paracaídas con mis sábanas. Subí al tejado”, recordó. “Cuando me lancé, me dije ‘no es una buena idea’. Aterricé en el suelo de forma tan dura que vi las estrellas por primera vez en pleno día”, añadió.
Para rendir homenaje al actor y a Top Gun, la Patrulla de Francia, el equipo de acrobacias aéreas del Ejército del Aire sobrevoló la sede del Festival antes de la función de gala.
Se estima que la película podría recaudar hasta 390 millones de dólares solo en Estados Unidos.
Cabe resaltar que la estrella de Cruise pareció apagarse a principios de la década de 2000, cuando brotaron rumores en torno a sus vínculos con la controvertida Iglesia de la Cienciología. La maquinaria de Hollywood estaba cambiando y las estrellas independientes eran menos rentables que las marcas de superhéroes.
Cruise logró recuperarse y presentarse como una especie de superhéroe de la vida real. “Parte de su mística es el hecho de que hace sus propias acrobacias: pilota aviones, salta edificios”, añade McDonald.
Tom tiene previstas otras dos nuevas entregas de la exitosa ‘Misión imposible’ en 2023 y 2024, posiblemente seguidas de una película que podría ser rodada en el espacio.
La devoción al cine ha enfrentado al actor con los estudios que coproducen sus películas: Cruise demandó a Paramount el año pasado por darle a la próxima Misión imposible únicamente una ventana de 45 días en los cines, antes de pasarla a las plataformas de televisión, según The Hollywood Reporter, citado por la AFP.
Por todos esos motivos, Cruise cae muy bien en Cannes, que resiste por el momento a gigantes como Netflix o Disney+.
*Con información de la AFP.