La exposición fotográfica de Daniel Mordzinski que está en la entrada a la Fiesta del Libro de Medellín, sobre la calle Carabobo, es como una invitación. Algunas fotos muestran a los escritores detrás de escena, en segundo planos, a Héctor Abad se le ve sobre un caballo y en primer plano un campesino mexicano; a Alberto Salcedo Ramos se le descubre apenas detrás de dos boxeadores; Sergio Ramírez es minúsculo por el poder un volcán; Roberto Bolaño sale de un jardín bien cuidado; Francisco Goldman es un pistolero.Esta es una Fiesta que ha estado llena de eventos, presentaciones de libros, conversatorios, actividades de lecturas para niños, encuentros de víctimas, foros sobre el plebiscito y en su último fin de semana no será la excepción: este sábado estarán en conversación Pablo Montoya, Eduardo Lalo y Mempo Giardinelli, ganadores del prestigioso premio Rómulo Gallegos; Yolanda Reyes y María Cristina Restrepo hablarán con la secretaria de Cultura de Medellín, Amalia Londoño, sobre la importancia de recordar el pasado e imaginar el futuro en la literatura. El domingo la Alta Consejería Presidencial para la Paz hablará del “nuevo mundo de la paz” y Patricia Nieto y Patricia Lara conversarán con Daniela Gómez sobre “miradas de mujeres a las guerras de los hombres”.Algo que diferencia a este Fiesta del Libro de las grandes ferias es que es gratuita gracias a la inversión de la Alcaldía de Medellín y al compromiso de la empresa privada, que en este caso patrocina eventos y publicaciones, “cuando la gente visita la Fiesta del Libro está disfrutando de los impuestos que paga, por eso hago un llamado para que vengan en familia y hagan parte de las lecturas y los conciertos que este fin de semana habrá en las tardes”, dijo Amalia Londoño.La Fiesta se ha convertido en el escenario de encuentro de grandes escritores que, para ser invitados, no tienen que tener en su recorrido grandes premios, dijo Juan Diego Mejía, su director: “Muchas veces nos han ofrecido la visita de premios Nobel que nos cobran algunos miles de dólares, pero con ese dinero podemos contar con otro escritores también muy buenos, que publican en grandes editoriales, que tienen un mundo propio y pueden tener conversaciones con escritores locales también dueños de obras sólidas. Tenemos a veces esa mirada de extraña de creer que lo ajeno es mejor, pero no es así”.Ese espíritu que parece contracorriente se ve en varios espacios, uno de ellos El salón del libro independiente, que se realizó en alianza con la librería Grammata, donde se pueden encontrar más de 300 sellos de todo Latinoamérica que traen consigo lo mejor de las letras de su país y hasta ediciones raras con firmas de escritores que gozan de fama y quieren reunir algunos trabajos que grandes editoriales no encuentran tan rentables. Así mismo, está El salón del libro infantil, una colección con más de quinientos títulos de libros ilustrados y libros álbum escogidos cuidadosamente por la librería Al pie de la letra.La Fiesta del Libro termina este domingo, hay que aprovechar los precios bajos de las librerías de viejo, los lanzamientos de los grandes sellos y las novedades de los independientes.