Andrew Stanton, director y guionista de pixar desde 1990 reveló algunos secretos del proceso creativo de Buscando a Dory, la secuela de Buscando a Nemo que recaudó más de 136 millones de dólares en su primer fin de semana, convirtiéndose en el estreno más exitoso de una película de animación."Siempre es de difícil y, cuando no lo es, nos ponemos nerviosos. Es como educar a un niño: si coopera demasiado toda su vida, es que algo va mal", aseguró a Efe Stanton, autor y director de Buscando a Nemo y Wall-E y coguionista de Toy Story 2 y Monsters Inc.En el caso de Buscando a Dory el proceso empezó en 2011, con preguntas sobre el pasado y los problemas de memoria del pez que ayudaba a Marlín a buscar a Nemo, y el círculo creativo se cerró cuando Stanton se dio cuenta de que se trataba de una historia de "aceptación de uno mismo", según ha explicado.Uno de los consejos que ha dado ha sido renunciar al ego -"no se trata de la historia que quieras contar, sino la que tienes que contar", ha asegurado-, Stanton ha admitido que suele haber "conexiones personales". Así, si su propia experiencia como padre propulsó el guión de Buscando a Nemo, en este caso, ha dicho, le ha condicionado su crisis de la mediana edad: "Ese momento en que debes aceptar que eres quien eres y no vas a cambiar, así que más te vale disfrutarlo".Según Stanton, ganador de dos Óscar y actual vicepresidente creativo de Pixar, cualquier buen guión debe dar respuesta a dos preguntas básicas: a dónde tienes que llegar y por qué te importa. En el camino, el 90 % de las ideas acabará en el cubo de la basura, ha afirmado.Buscando a Dory es el penúltimo ejemplo de la fiebre por las secuelas que inunda Hollywood desde hace años y que parece haber alcanzado a Pixar, considerada paradigma de la creatividad. Pero ni Stanton ni su productora Lindsey Collins creen que esta fuerza esté en peligro. "Estamos haciendo ahora mismo cinco películas, a la vez de las que nadie sabe nada, y ninguna de ellas es una secuela."Al principio había esa sensación de no saber lo que hacíamos, con un inocencia que en cierta manera era maravillosa. Hoy somos más inteligentes", opina Collins. Stanton añade: "Al hacerte mayor reconoces los problemas más rápido, pero no necesariamente encuentras las respuestas antes".