Las grandes productoras audiovisuales, como Netflix, Paramount y Mediapro entre otras, echan raíces en Madrid, nueva capital europea de las series gracias a ficciones españolas como “La casa de papel”, de éxito abrumador.

"¡Acción!": el decorado representa un distinguido bufete de abogados donde una cuadrilla de técnicos graba un diálogo entre dos actrices para una serie que se emitirá en la cadena española Telecinco.

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En estos estudios al norte de Madrid, propiedad de la productora española Mediapro que ha reforzado su presencia en esta ciudad, la demanda de series se ha disparado en los últimos años. "Antes era inimaginable que un estudio como el nuestro (...) estuviera produciendo 10 series en un solo año. Lo normal podía ser dos o tres", celebra Javier Pons, encargado de la producción televisiva en The Mediapro Studio.

Detrás de este impulso se encuentran las plataformas de vídeo en línea como Netflix, HBO o Amazon. La productora española está preparando una comedia para HBO y reconoce tener "proyectos" con otras plataformas de los que no puede hablar. Estos gigantes, que han revolucionado el consumo de ficción televisiva, también han alterado sus métodos de trabajo.

"Las narrativas tienen que ser un poco distintas para que el espectador, de alguna manera, se enganche al contenido", explica Javier Méndez, responsable de contenidos.

‘Mucho más guay‘ en Netflix

El nuevo estatus de Madrid como núcleo de producción de series saltó a la vista con el aterrizaje de Netflix, que inauguró en abril sus primeros estudios europeos en Tres Cantos, en la periferia norte de la capital española. En unas instalaciones enormes de 22.000 metros cuadrados, propiedad del grupo español Secuoya, fue grabada la tercera temporada de "La casa de papel" que se estrenará el 19 de julio.

La serie sobre una banda de ladrones y su espectacular atraco a la Fábrica de Moneda de Madrid, comprada por Netflix después de emitirse por la cadena española Antena 3, se convirtió en la producción de habla no inglesa más vista en la plataforma estadounidense.

Este éxito inesperado pesó mucho en la decisión de Netflix de instalarse en Madrid, asegura Elena Neira, especialista en nuevos modelos audiovisuales en la Universidad Abierta de Cataluña.

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Y la popularidad de otras series como Élite, sobre la juventud adinerada madrileña, motivó a los productores españoles que hasta ahora veían sus series como "un producto de segunda categoría".

"Para un montón de gente en España, un contenido español que de repente aparece con el paraguas de una marca tan potente como Netflix parece mucho más guay que cuando lo emite Antena 3", afirma Neira.

Junto a las producciones, llega también el dinero: según un informe reciente del gabinete PricewaterhouseCoopers (PwC), la producción de series en español pasó de aportar al PIB del país 429 millones de euros en 2015, por 38 series, a 655 millones por 58 series en 2018.

Esta cifra puede todavía aumentar un 24%, según PwC.

Además, la producción de series, que en 2015 representaba menos de 10.000 empleos en España, podría terminar dando trabajo a más de 18.000 personas.

El español, un idioma al alza

Otro gigante audiovisual estadounidense, Viacom (Paramount, MTV...) anunció en abril que Madrid iba a ser uno de sus centros para desarrollar sus producciones en español. "Hay ahora mismo una tendencia importante de consumo de contenidos en español y de consumo de contenidos de habla no inglesa que potencia la posibilidad de creación de aquí hacia fuera", justifica Laura Abril, directora de contenidos para España y Portugal de Viacom.

Entre 2018 y 2022, PwC pronostica que las plataformas de vídeo en línea crezcan con más fuerza en los países hispanohablantes que en el mercado estadounidense o británico. Y los españoles le sacan rédito, apoyándose en una antigua tradición de producción audiovisual.

"Se pone mucho el foco con las nuevas plataformas pero todo viene de haberse cuajado antes", explica Patricia Diego, profesora en la Universidad de Navarra."Álex Pina, el (creador) de "La casa de papel", llevaba haciendo series durante 20 años" para las cadenas españolas, recuerda esta especialista en ficción televisiva. Otro factor, apunta, son los bajos salarios del país, que aumentan su competitividad.

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Con esta apuesta por España, las plataformas estadounidenses avanzan también los deberes de cara a 2020, cuando debe implementarse una directiva de la Unión Europea que les obligará a ofrecer un 30% de contenidos europeos en su catálogo. "Y los operadores, a día de hoy, están muy lejos", reconoce Elena Neira.

*Con información de AFP