La oscuridad envuelve la oficina del One Club. Leves gemidos y lamentos permean la atmósfera. Los tres asaltantes se mueven entre la penumbra, acechando sus víctimas. Ante la inclemencia de los hombres, algunas de los sobrevivientes intentan quedarse inmóviles y en silencio para no desatar la crueldad que ha poseído a los tres hombres y esperar a que se vayan. Cuando por fin salen los asesinos, se dirigen a sus casas, en un intento por retomar la cotidianidad del día. Sin saberlo, uno de los sobrevivientes lucha por salir para pedir ayuda.