Los minutos pasan. Los ladrones no han conseguido dominar la situación y salir de la oficina del One Club. En el baño, las rehenes están cada vez más asustadas y nadie se anima a un intento de escape, por ahora. Cuando llega Toledo, el supervisor de seguridad, pareciera que hay un chance de salvación. Pero para Jairo, quien ha estado oculto todo el tiempo, esta es la venganza por la cual ha estado esperando. Después de que suena un disparo, el miedo aumenta, y Charo entiende que es el momento de hacer algo para salir de allí.