SEMANA: ¿Qué es Pálpito en una frase?
Michel Brown (M.B.): Pálpito es una serie que brinca en casi todos los géneros y nos hace algo que me parece que nos gusta a todos como televidentes: ponernos en los zapatos de los personajes y vivir en la piel de los protagonistas y transitar en esta historia que es desgarradora y a la vez muy interesante.
SEMANA: ¿Cómo fue la decisión de aceptar el papel en el Pálpito?
M.B.: La verdad pasa pocas veces que no hubo mucho que evaluar. Leí el guion y hacia rato no leía una historia con un personaje tan bien delineado. Lo que más me sorprendió es que la historia no era parecida a nada. Como actor tenía algo interesante porque mi personaje estaba lleno de diferentes capas. Había demasiadas cosas. La primera es el guion de Leonardo Padrón, la segunda que era de Netflix (no vienen en orden) y la otra es que la producción era de CMO.
SEMANA: Hay romance, acción, suspenso. ¿Todo eso te llamó la atención y como esas narrativas se entrelazan?
M.B.: Sí, las historias siempre se casan con un género, o hay melodrama o hay acción, pero lo que logra Leonardo es una serie multigénero que, en lo narrativo, te hace viajar por muchos lados y es reflejo de la vida misma, uno no vive en torno al amor o a la acción, sino que en la vida pasan muchos sucesos que hacen que uno vaya transitando por muchas emociones, y eso es lo que logra el escritor y lo que va a atrapar al público.
SEMANA: Tu personaje Simón, ¿cómo te conectaste con él? ¿Se parece a ti?
M.B.: Yo venía de hacer diferentes series en otras plataformas, con personajes muy al borde, venia de hacer en HBO un asesino y en Amazon a un conquistador (Hernán Cortés), y a un preso, personajes con mucha carga emocional. Hace mucho deseaba encontrarme con un personaje del perfil de Simón, es decir, opuesto a todo estos, un padre de familia, con una vida resuelta, en cuyo arco dramático está en contacto con una esposa, una hija. Cuando leí todo esto me enamoré de ese personaje. Creo que tiene un corazón inmenso, y es muy sensible. Y esto me llamó mucho la atención; construir un personaje diferente a los que había venido trabajando.
SEMANA: ¿Cómo fue trabajar con Ana Lucía Dominguez?
M.B.: Ana ha sido mi amante, mi hermana, mi esposa, es con la actriz que más he trabajado. Hicimos varios proyectos juntos y sé que es una actriz muy versátil que deja la piel en el set y es fácil de trabajar con ella. Tenía muchas ganas de reencontrarme con Ana. Ella entró al proyecto con pocos días de antelación, sin tanto tiempo para trabajarlo, y me encontré con una Ana muy diferente. Sabía que entre los dos íbamos a encontrar una verdad absoluta entre estos dos personajes y una entrega a la hora de trabajar en el set. Su trabajo es impecable. Uno de los personajes más difíciles de construir es el que le toca a ella.
SEMANA: Son personajes con una conexión muy particular. ¿Fue difícil encontrar la química necesaria para que funcionaran?
M.B.: Si era difícil, creo que el que la tenía más difícil era el personaje de Ana porque existe esta extraña sensación que tiene la serie de que hay un corazón que habita en un cuerpo ajeno y qué es lo que pasa cuando el corazón dicta cosas diferentes. Lo hablábamos con ella cuando empezamos la serie y decíamos desde dónde vamos a plantear esta relación de estos dos personajes y justo se plantea desde esta extraña sensación que debes tener cuando tienes un corazón que no es el tuyo y cuando se atraviesan nociones que no sabes de dónde vienen y conexiones con otros personajes, con mis hijos, por ejemplo. Hicimos ejercicio interesante y fue ir encontrando esa verdad encarando las escenas. Desde el texto estaba muy claro, pero teníamos que ver qué encontrábamos en las escenas y en el camino nos fuimos encontrando con cosas increíbles. A diferencia de otras series, en esta la carga dramática está en la mirada, en los personajes y en cómo le devuelvo al otro esto que me está dando. Fue un experimento muy interesante.
SEMANA: ¿Qué fue lo más desafiante del rodaje?
M.B.: Creo que tiene que ver con la respuesta anterior. Hablé con Ana mucho sobre cómo abordar estas sensaciones de estos dos personajes, con pequeñas miradas, había que abordarlo de manera muy delicada para que no fuera tan evidente para el espectador. El trabajo de nosotros como actores, por eso digo, está en la mirada.
SEMANA: Pensando en Simón, tu personaje, ¿tú crees que el fin justifica los medios?
M.B.: Creo que hay que estar en los zapatos de la persona que atraviesa esto. Lo hablamos mucho cuando empezamos la serie y una de esas grandes preguntas era que harían por amor, y que harían si estuvieran en los zapatos de esta persona. La serie habla del poder, de cómo determinadas personas que tienen poder aparecen en una primera fila para pedir un corazón o un riñón y hay personas que llevan dos años esperando por este órgano, y de lo que habla la serie es de esto, que es tenaz. Cómo las persona con poder logran que estos procesos funcionen más rápido. También habla de la culpa, de lo que le pasa a este personaje cuando se entera de que lo hizo de una forma no correcta.
SEMANA: El personaje de Sebastián Martínez, ¿hubieras preferido hacer ese papel?
M.B.: Al principio existía a la opción de hacer este personaje o el de Simón. A nosotros los actores nos llama siempre más la atención hacer el personaje antagónico que el protagónico porque es el malo. Pero lo que sucede en la serie es que no hay malos ni buenos y que lo que logra Sebastián con un trabajo impecable que hace es que te pones en los zapatos del personaje que sería el rol antagónico porque al final lo que lo mueve es el amor. Eso es lo interesante. Mi personaje tiene actitudes de personaje antagónico, por eso te digo que los roles se invierten como en la vida misma, la vida te pone en situaciones donde reaccionas diferente a como usualmente lo haces. Por eso la serie es muy inmersiva, porque te metes en la piel de los personajes.
SEMANA: ¿Te gustarían que hubiera más temporadas de Pálpito?
M.B.: Si y la serie está abierta para que sucedan más temporadas y lo pide a gritos. Soy crítico con mi trabajo y hace muchos años no me pasaba que veía un capítulo y no paraba y quería ver otro. Los capítulos quedan en punta. Y los capítulos no duran una hora sino 33 minutos entonces la velocidad de la serie hace que quieras una segunda temporada.
SEMANA: ¿Qué significó trabajar con tu esposa Margarita?
M.B.: fue un gran regalo. No sé cómo habría podido hacer este personaje con una actriz diferente y sin la posibilidad de tener a Margarita al frente cuando lo que sucede es tan dramático. Los actores recurrimos a la memoria emotiva o a la imaginación para pensar que les pasaría a estos personajes y nosotros nos juntamos en la serie y en la mirada del personaje y nos fuimos a lo más hondo. El dolor es genuino. Eso ayudó.
SEMANA: ¿Hasta donde iría por amor?
M.B.: Pues iría hasta las últimas consecuencias. No sé si iría hasta dónde llega el personaje de Sebastián, pero por eso te digo, la serie te pone en una situación complicada. Es fácil criticar o decir que está mal lo que el otro hace hasta que estas en sus zapatos. No sé hasta dónde iría, sé que haría hasta lo imposible pero no creo que haría lo que hace el personaje de Sebastián. Pero volvemos a lo mismo: hay que estar en los zapatos de esa persona.
SEMANA: ¿Qué se siente estar en una plataforma como Netflix?
M.B.: Yo deseaba mucho estar en un proyecto de Netflix por muchos sentidos. Primero esta serie se estrena en 190 países y para uno como actor, que su trabajo se vea en tantos países a la vez es una delicia. Y Netflix brinda además apoyo a la serie, hoy sales por Bogotá y la ciudad está plagada de una campaña para impulsar la serie y todo un trabajo de divulgación. Por algo es la plataforma que es. Hicimos 14 capítulos en tres meses, cuando en otras ocasiones son 50 en el mismo tiempo y eso se ve en el resultado final.
SEMANA: ¿Es diferente a una serie colombiana?
M.B.: Todas son diferentes. Los colombianos se van a sentir orgullosos al ver que Pálpito es colombiana en cada una de las áreas. Esta tiene todo lo que el público busca en una serie. Fotografía, trabajo impecable de actores, dirección de Camilo Vega, que es increíble y CMO, que hizo un trabajo grandioso.
SEMANA: ¿Por qué no nos podemos perder la serie?
M.B.: A nosotros nos toca vender la serie y pocas veces pasa que no hay que convencer a nadie, solo que se sienten a ver el primer capítulo. No me cabe duda de que no van a poder parar hasta el final.