La profesión del arbitraje es para muchos una labor que requiere de valentía y temperamento. El hecho de impartir justicia en un deporte que mueve tantas emociones normalmente provoca insultos y maltratos para los colegiados, que, desde su formación, les enseñan a tratar de blindarse de las críticas que les pueden caer por parte de hinchas, técnicos y los propios jugadores.

Sobre el terreno de juego, el árbitro es la autoridad máxima y cualquier acción que sobrepase la barrera del respeto podría ser causal de expulsión; sin embargo, fuera de él es vulnerable a comentarios que no todas las veces son amigables.

Ese tipo de ataques contra los jueces se incrementa cuando se trata de torneos aficionados, de formación o barriales, donde el árbitro tiene casi nula protección contra agresiones físicas o verbales.

Eso justamente fue lo que pasó en la Copa Nacional del Café, certamen juvenil que se llevó a cabo por estos días en la ciudad de Pereira, capital del departamento de Risaralda.

Tras un partido entre Real Vallecaucano y AS Soccer Club, disputado el pasado 9 de enero, Carlos Arturo Caicedo, presidente del equipo procedente de la ciudad de Cali, encaró al árbitro y lo cuestionó por las decisiones que tomó durante el compromiso.

Según se ve en el video publicado a través de redes sociales, Caicedo discute con el juez por llamarlo “arrimado” y lo reta a pelear frente a la atenta mirada de sus jugadores. El enfrentamiento sube de tono cuando el presidente del Real Vallecaucano lanza un golpe y arma una pelea en la que dos de los jueces terminan recibiendo una paliza por parte del dirigente y de los menores.

Los árbitros intentan huir corriendo, sin embargo, no recibieron ayuda de ninguno de los testigos, que grabaron cada una de las agresiones por las que el equipo identificado con los colores amarillo y rojo fue expulsado de la competición.

Con puños y patadas, jugadores y presidente agredieron a los colegiados, dejando una reprochable imagen para las divisiones menores del fútbol colombiano.

El video se hizo viral en redes sociales e incluso fue compartido por el narrador Eduardo Luis López, quien rechazó los actos de violencia contra los árbitros.

Producto de las críticas, Carlos Arturo Caicedo terminó renunciando a su cargo y ofreciendo disculpas públicas para los árbitros a los que agredió en compañía de sus propios jugadores.

“Quiero expresarme ante la gente, las personas que han publicado el video de mi conducta. Me siento muy apenado por todo lo que ha pasado y aprovecho para pedir disculpas a todas las personas del fútbol, en especial a los árbitros y a sus familias”, dijo en un video publicado por el club formativo.

Caicedo reconoce que “lo que hice no fue bueno” y deja una mala imagen para el Real Vallecaucano y también para el torneo que siguió su curso durante la semana a pesar de los hechos. “Reflexiono y pido disculpas. Soy un ser humano, me arrepiento profundamente de lo que he hecho y pido perdón. Solo me queda pedirles perdón por todo lo que he hecho, gracias”, finalizó.

A través de la organización del torneo también han repudiado los actos de violencia y se manifestaron en apoyo a los árbitros que fueron víctimas del ataque.

Finalmente, el Real Vallecaucano fue expulsado de la competición en la que se despidió después de haber caído 2-1 ante AS Soccer Club con una expulsión sobre los minutos finales, que fue el detonante de la furia por la que el presidente del club caleño se acercó al árbitro en reiteradas ocasiones para reclamarle por sus decisiones.