Parece lugar común decir que el fútbol no es simplemente eso. Luis Suárez es la muestra de que la frase, aunque cliché, es real.
Desde España, accedió a conectarse con un paciente de la Fundación Peréz Scremini que trabaja por la cura del cáncer infantil en Uruguay.
Inicialmente, en el emotivo momento, Mateo, el paciente que sufre la agresiva enfermedad, estaba convencido de que se reuniría con un experto de la medicina en España por videollamada.
“Hola, Mateo. ¿Me escuchas bien? ¿Cómo andas? Te habla Federico González de aquí desde España”, dijo la voz al otro lado del computador de Mateo. “Sí, ya me contaron”, respondió el joven.
El supuesto doctor empezó a preguntarle al niño sobre su enfermedad. “¿Haces caso a los doctores con los medicamentos y el tratamiento?”, acotó. “Sí, obvio, como se debe”, respondió con seguridad el joven.
Después de un rato de conversar, le dio pistas de quién era en verdad. “En realidad te estoy llamando de España, pero me dedico a otra cosa. Capaz que alguna vez has gritado un gol mío o algo. Hay veces que los doctores jugamos al fútbol”, fue la primera señal.
Mateo, impávido y con cara de sorpresa, se quedó mudo y siguió escuchando al supuesto profesional de la salud. “Hay veces que los doctores jugamos al fútbol también”, dijo el hombre. “No sabía”, respondió temeroso el niño.
En ese momento, la pantalla se encendió y dejó ver a Luis Suárez, el jugador del Atlético de Madrid y la Selección de Uruguay, ídolo del pequeño, quien, notablemente emocionado, lloró de felicidad. “¿Cómo estás campeón, cómo te va?”, dijo el delantero. “Bien, estoy emocionado”, contestó con la voz entrecortada.
Luis Suárez le dedicó unas motivadoras palabras y lo invitó a seguir adelante en la lucha contra el cáncer. “Escúchame una cosa, ¿sabías que sos un campeón? Sos muy valiente, un luchador y tenés que seguirle dando”, le dijo el futbolista. “Me lo han dicho varias veces”, contestó Mateo.
El goleador le hizo una promesa a Mateo, quien es hincha del Barcelona, siempre y cuando se comprometiera a portarse bien en su tratamiento y cumplirlo a cabalidad. “Si te portás bien, hacés lo que te dicen los doctores, te llevo una camiseta del Barcelona con la que yo juego, no las que hay en la tienda”, fue enfático.
El joven, quien no paraba de llorar, le prometió al ‘mordelón’ que se tomaría los medicamentos y le haría caso a los doctores.
La charla terminó con un chiste del futbolista. “¿A que me salió bien la voz de doctor?”, y, entre risas, el niño reconoció que fue engañado y agradeció por el gesto a su referente en el balompié internacional.
Días después se conoció que Luis Suárez cumplió su promesa y le entregó a Mateo la camiseta del Barcelona, firmada y con foto incluida.