Poco más de un año después de su captura, Dani Alves ha conocido la condena por el caso de agresión sexual contra una mujer en el baño privado de la discoteca Sutton de Barcelona.
El brasileño tendrá que pagar cuatro años y seis meses de prisión, según determinaron los jueces de la Audiencia Nacional. La sentencia incluye una atenuante de reparación del daño porque ingresó 150.000 euros a la víctima antes del juicio, lo que, según los magistrados, “expresa una voluntad reparadora”.
Alves también está condenado por un delito de lesiones personales a una multa de 9.000 euros, y lleva ya 13 meses en prisión provisional desde que fue detenido por esta causa, tiempo que cuenta para el cumplimiento de la condena recibida por su abogada este jueves.
En ese orden de ideas, de los cuatro años y medio de pena, le quedan tres y cinco meses hasta terminar el pago de su condena tras las rejas.
La sentencia también estipula que, una vez salga de prisión, Alves deberá pasar cinco años en libertad vigilada, le impone una orden de alejamiento de la denunciante durante nueve años y medio y fija una indemnización con 150.000 euros por daños morales, cantidad que el jugador ya depositó antes del juicio.
Su defensa apelará la decisión
Al tiempo que se leía la condena, a las afueras del juzgado había decenas de periodistas, que no desaprovecharon la oportunidad de conocer la primera reacción de la defensa de Dani Alves, liderada por la abogada Inés Guardiola.
La letrada ha dicho ante los micrófonos que recurrirán la sentencia mediante el recurso de apelación y que defenderá la inocencia de su cliente “hasta el final”.
Guardiola ha explicado que Alves “está entero” y que ahora hay que estudiar la sentencia, en sus palabras. Preguntada por la condena, ha dicho que “cuatro y medio es mucho mejor que 9 y 12″ y ha añadido que esta misma tarde irá a ver a su cliente en la prisión de Brians 2.
“De verdad sigo creyendo en la inocencia del señor Alves”, puntualizó la abogada.
Por su parte, la defensa de la víctima se ha mostrado satisfecha porque la Audiencia de Barcelona ha dado credibilidad a la versión de la joven, pero ha añadido que analizarán la sentencia para comprobar “si la gravedad de la condena se puede comprar con la gravedad de los hechos”.
“Es una condena que reconoce lo que hemos sabido siempre, la verdad y el sufrimiento que ha habido, con lo cual podemos estar satisfechos y contentos por ella y por todas”, ha expresado David Sáenz, uno de los abogados, a su salida del recinto tras la lectura de la sentencia.
En relación con la atenuante de reparación del daño, Sáenz ha dicho que “evidentemente no se ha reparado”, pero que esta valoración le corresponde a la sala. “Lo que pensamos nosotros lo expresamos bastante bien a través de la letrada, y nos mantendremos en esta postura”, concretó.
Los jueces consideran que en los delitos de violencia sexual, especialmente cuando la clave es la existencia o no de consentimiento, la prueba principal suele ser la declaración de la denunciante, que en este caso “ha sido coherente y especialmente persistente, no solo a lo largo de la instrucción de la causa, sino también en el plenario” del juicio.
Para valorar su credibilidad, han tenido en cuenta que la joven no tenía nada en contra de Alves para pretender perjudicarlo con la denuncia, porque no lo conocía y, dada la repercusión psicológica que ha tenido para ella, “la denuncia, a priori, le traería más problemas a la denunciante que ventajas”.
Los jueces también descartaron un posible interés económico porque la joven declinó cualquier indemnización más allá de la que fijase la sentencia, y los jueces concluyen que no conseguía “ninguna ventaja denunciando los hechos, sino todo problemas, sin contar los que se derivan de la victimización secundaria” por tener que explicar la agresión a los trabajadores de ‘Sutton’, luego a los Mossos d’Esquadra, a los médicos que de urgencias, a los forenses, al juez instructor y en el juicio ante tres magistrados.
*Con información de Europa Press.