La destitución de Ronald Koeman abre una nueva etapa en el banquillo del FC Barcelona y debe abrirla también en un club que, a nivel deportivo, va a la deriva y que tiene más pesadillas todavía a nivel económico, por lo que tirar ya del ‘activo’ Xavi Hernández parece lo más plausible.
Todo parece apuntar a que, esta vez sí y tras varios ‘no’ por diversos motivos, Xavi regresará a casa. Se fue como jugador, todavía en la cresta de la ola y antes de ‘pasearse’ por el césped, siguiendo el ejemplo de Carles Puyol. Seis años después, puede volver como entrenador y como salvador.
No es buen momento para aterrizar en el banquillo blaugrana si se mira al presente inmediato, pero sí lo es si se llega con la convicción de empezar a cambiar la mentalidad del vestuario, que parece ser más de equipo perdedor, mediocre, que no de un histórico FC Barcelona que encumbró al fútbol hace poco más de una década, con Xavi de capitán de la nave en el verde.
Tampoco era buen momento, seguramente peor, cuando llegó Ronald Koeman. Un mito del club, historia viva de la entidad, que tomó las riendas cuando nadie más quiso, tampoco Xavi Hernández, después del 2-8 en ‘Champions’ ante el Bayern y con un equipo que se debía construir.
Koeman se va con una Copa del Rey, no se va de vacío, pero sí con la erosión de su imagen como ídolo para los que no saben separar lo que hizo como jugador a lo que ha podido hacer como técnico. Si llega ahora Xavi Hernández, heredaría una plantilla con supervivientes de su Barça, con excompañeros, pero también una terna de jóvenes valores que, bien guiados y entrenados, pueden ser la base de un gran Barça.
Si los pronósticos se cumplen y el de Terrassa aterriza de nuevo en Barcelona, con su bagaje de un Al-Sadd al que ha convertido en pluricampeón en Catar, deberá lidiar con la presión de que, casi seguro de no cambiarse las tornas de inmediato, empezará con un año en blanco.
LaLiga no está perdida, ni mucho menos, pero viene con un lastre de 6 puntos perdidos respecto al colíder Real Madrid, contra quien se ha escapado el primer Clásico. En la ‘Champions’, la situación es precaria, con una nueva final ante el Dinamo para soñar con el pase. Y la Copa del Rey es el gran ‘caramelo’, la competición fetiche, pero la de menos peso.
Xavi, no obstante, traería alegría e ilusión con él además de un estilo puramente Barça, el de los mejores tiempos, que intentaría y debería implementar de inmediato para que esos jóvenes del ‘Dream Teen’ como Pedri, Gavi, Ansu Fati o Riqui Puig se empapen de lo que vivió Xavi con Guardiola para intentar emular a aquél equipo que era una alegría para los ojos, y que llenó las vitrinas del museo.
Su ‘ADN Barça’ es indudable, lo lleva dentro. Pero si Xavi no ha regresado antes puede ser, en parte, porque en el vestuario tiene amigos, excompañeros como Gerard Piqué, Sergio Busquets, Jordi Alba o Sergi Roberto --los actuales capitanes-- que no pasan por su mejor momento, y cuyas orejas deberían ser estiradas por el egarense.
Pero como “activo del Barça” que es Xavi, como se vendió en el pasado periodo electoral pese a ir dentro del organigrama deportivo del excandidato Víctor Font y su ‘Sí al Futur’ que no prosperó, llega el momento de dejar los ‘ismos’ de lado y de centrarse en el futuro de un equipo que necesita esa chispa que un ídolo puede brindar.
Un ídolo que, a diferencia de Koeman, sí apueste fuerte por la Masia y con sentido, no en cuanto a poner jóvenes porque sí y por no tener nada más. Y sin defenestrar a los Riqui, Demir o Nico por errores puntuales. Y Xavi Hernández, si tiene respaldo de directiva y afición y se le da tiempo, puede ser el candidato ideal.
Con información de Europa Press.