La justicia francesa emitió una orden de detención internacional contra el empresario catarí Mohamed bin Hammam, sospechoso de corrupción en la investigación sobre la atribución a Qatar del Mundial de fútbol de 2022, indicó el martes pasado una fuente judicial.
Un juez de instrucción en París ordenó el 22 de junio su detención, ya que el también expresidente de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) no respondió a sus citaciones, precisó esta fuente, que confirmó una información del diario deportivo L’Équipe.
A bin Hammam, que fue suspendido de por vida del fútbol tras una serie de acusaciones de corrupción y de conflicto de intereses, se le acusa de hechos de “corrupción privada relacionados con la atribución a Qatar de la Copa del Mundo”, según la fuente.
La investigación se centra en su papel en el cambio de opinión de Reynald Temarii, expresidente de la Confederación Oceánica de Fútbol (OFC), en vísperas del voto que designó a Catar como sede del Mundial.
Aunque Temarii había aceptado su suspensión por un año el 17 de noviembre de 2010 por violar el código de ética de la Fifa, finalmente recurrió la decisión y su confederación contó con un voto menos en la votación sobre la sede celebrada el 2 de diciembre.
La OFC tenía previsto votar la candidatura de Australia y, en caso de fracaso, la de Estados Unidos, principales rivales de Qatar, que acabó imponiéndose, destapando así profundas dudas sobre las bases que incidieron en dicha victoria.
La cobertura de los gastos de defensa de Temarii por un monto de 305.000 euros (unos 320.000 dólares al cambio actual) por parte de bin Hamman y un viaje para reunirse con él en Malasia intrigan a los investigadores. Durante este viaje, que tuvo lugar entre la sanción y la decisión, el catarí lo habría convencido de recurrir la suspensión.
Temarii, el consultor Jean-Charles Brisard y la abogada Géraldine Lesier están imputados en esta investigación, aunque niegan las acusaciones.
¿Otra ‘olla podrida’ en la Fifa?
Esta no es la primera vez que se pone en duda la elección de Qatar, pues exdirectivos de la Fifa, como Sepp Blatter y Michel Platini, ya han sido judicializados por presuntos delitos relacionados con la sede del Mundial 2022.
Blatter, suspendido de su cargo en 2015 a raíz del escándalo de corrupción, aseguró que en la junta directiva ya habían acordado darle la sede a Rusia en 2018 y luego a Estados Unidos, pero algo cambió semanas antes de hacer oficial el ganador.
“Una semana antes del congreso de la FIFA de 2010, Michel (Platini) me llamó para contarme que nuestro plan no iba a funcionar” y tendrían que sentarse nuevamente a discutir sobre la sede del Mundial que se disputaría 12 años después, en una fecha nada habitual y en un país sin clasificaciones en la historia del campeonato del mundo.
El exdirigente añadió que la decisión se cambió como consecuencia de un acercamiento con “el presidente francés (Nicolás) Sarkozy, que a su vez había mantenido varios encuentros con el príncipe heredero de Qatar”.
Joseph Blatter cuenta que esas conversaciones provocaron un giro rotundo en la elección. “Los votos de Platini fueron decisivos para la adjudicación de Qatar, es la verdad. Y por supuesto que había una cuestión de dinero de por medio”.
Según esta versión, Michel Platini, expresidente de la Uefa, fue el intermediario para que Qatar, por medio de Francia, ganara la batalla frente a Estados Unidos. “Seis meses después de aquellas reuniones, Qatar compró aviones de combate a los franceses por un valor de 14.600 millones de dólares”, agregó el exdirigente de 86 años.
*Con información de la AFP.