Año 2010. Cuartos de final del abierto de Wimbledon. El colombiano Alejandro Falla salió a la cancha central para enfrentar a Roger Federer, el rey del tenis por esos días, y que buscaba destronar al legendario Pete Sampras como el más veces ganador del Grand Slam británico, con 7 títulos.Todos daban por descontado un triunfo del tenista suizo, entre otras porque completaba siete años con una sola derrota, la que sufrió a manos del español Rafael Nadal en la final del año anterior, pero sobre todo porque era el amo y señor de las superficies sobre cesped. En el papel, parecía tratarse de un duelo entre David y Goliat, y a pesar de tener todos los pronósticos en contra, Alejandro Falla salió a vencer al más fuerte. A vestirse de David. La zurda del colombiano puso en aprietos a Federer que veía cómo el colombiano lo superaba con su devolución indescifrable y una precisión nunca antes vista.
El caleño deslumbró a los asistentes a la Cancha Central del templo del tenis y llegó a tener punto para ganar el partido, lo que hubiera sido la mayor victoria de un tenista colombiano en uno de los cuatro Grand Slam. Pero a diferencia de lo sucedido en el Antiguo Testamento, David no derrotó a Goliat. Al frente estaba su majestad Federer, que luego de estar al borde del precipicio, dio la vuelta al marcador y se clasificó a las semifinales. Falla quedó a un paso de la gloria, a un solo punto de la hazaña. Aquella mañana miles de colombianos se paralizaron frente al televisor y se ‘descocieron‘ al hacer fuerza por el tenista colombiano. Pudo haber sido una página de oro para el deporte nacional, pero quedó reducida a un capítulo más de las decepciones deportivas. Las derrotas dificilmente trascienden en la historia. Ocho años después de lo que pudo ser, Falla decidió guardar la raqueta en su estuche y decirle adiós al deporte que ha practicado casi que desde tiene memoria. Las lesiones y el deseo de pasar más tiempo con su familia motivaron su decisión.La dio a conocer este jueves en una conferencia de prensa, entre lágrimas. No era para menos. Se desprende prácticamente de la que ha sido su vida. Una carrera que se extendió por 17 años, y con 289 partidos disputados en torneos de la ATP.“Son muchas las emociones que pasan por mi cabeza”, dijo. “Desde recuerdos de los sacrificios que tuve que hacer cuando era apenas un niño que soñaba con ser un gran tenista, hasta las más grandes alegrías cuando veía cómo iba cumpliendo sueños que parecían imposibles de alcanzar. Después de un camino hecho a pulso y recorrido con esfuerzo, ha llegado el momento de asumir una nueva etapa en mi vida”.
Su ranking más alto fue la posición 48 que alcanzó en julio de 2012 y logró ganar más de 3 millones de dólares producto de los premios conseguidos con su buena participación en la élite del tenis mundial.Para los mejores del mundo siempre fue un tenista difícil de enfrentar como lo refleja sus victorias sobre top-10 mundiales como el ruso Nikolay Davydenko (6 del mundo), el estadounidense Mardy Fish (8), el alemán Tommy Haas (9), y el estadounidense John Isner (10).Falla es el primero de una generación de tenistas nacionales que pudo destacarse a nivel mundial gracias al apoyo de la empresa privada. Específicamente, Colsanitas que acogió a los mejores talentos del país en lo que ha sido la mejor época para este deporte en Colombia.Este soporte sigue dando resultados como es el caso de sus paisanos y amigos Juan Sebastián Cabal y Robert Farah, dupla que va disputar la gran final del Abierto de Australia 2018. Además de Santiago Giraldo, su compañero de batallas en la Copa Davis en donde siempre lo entregó todo por la selección.Estuvo presente en 27 confrontaciones de Colombia en Copa Davis y participó en el proceso de llevar a nuestro país desde el Grupo 2 de la Zona Americana hasta los Play Off para ascender al Grupo Mundial. Fue uno de sus sueños, terminó siendo una de sus asignaturas pendientes. “Le di todo lo que tuve a mi país, a esta Colombia que representé semana tras semana durante casi dos décadas, y tengan la certeza de que lo seguiré entregando desde cualquier lugar en que me encuentre. Gracias a todos. Gracias por tanto”, dijo el caleño.Pese a todos los logros conseguidos, el nivel de Falla bajó en los últimos años producto de las lesiones por lo que ha tomado la decisión de dejar la actividad profesional para poder dedicarle tiempo a su esposa Carolina, a su hijo Jerónimo y a Matías, que es su segundo hijo que está por nacer.Sin importar que no va a seguir siendo jugador profesional, Falla quiere seguir aportando al tenis colombiano y tiene la ilusión de ayudar en el descubrimiento de nuevos talentos que superen todo lo que él consiguió. Se despide uno de los más importantes tenistas de Colombia.