Aun cuando Liverpool tiene todos sus focos puestos en la final de la Carabao Cup contra el Chelsea, no pudo ser ajeno a lo que sucedía este sábado en la Premier League.

Teniendo en cuenta que los reds adelantaron su partido y sumaron una victoria más contra Luton Town (4-1), la presión estaba en manos del Manchester City, que debía salir bien librado de su visita a un campo difícil como el del Bournemouth.

“Será completamente diferente a cuando jugamos en el Etihad”, adviertió Pep Guardiola en la previa y no se equivocó. Por momentos el City lució incómodo como consecuencia de las dimensiones de la cancha y cometió errores en la finalización, algo que en su casa difícilmente le sucede.

Liderados por Haaland y Bernardo Silva, los sky blues eran amplios favoritos a llevarse los tres puntos, aunque su técnico prefería ser cauteloso por lo visto recientemente en los partidos de los cherries. “Son muy vivos, agresivos y bien organizados. Son un buen equipo”, explicó el español en la conferencia previa al duelo por la fecha 26.

Bournemouth v Manchester City - Fecha 26 Premier League | Foto: AFP or licensors

Foden abrió la lata

Con el fin de romper la férrea defensa que dispuso el Bournemouth, Guardiola alineó un once inicial plagado de mediocampistas. La idea era ganar la posesión del balón y generar confusión en el esquema táctico del rival, que cedió al planteamiento del City y le entregó la pelota esperando sorprender en alguna que le quedara para activar el contragolpe.

Durante los primeros minutos, los ‘ciudadanos’ se acercaron a la portería de Neto, pero no con suficiente peligro para llegar a amenazar con el primer tanto. La insistencia continuó, mientras los cherries se refugiaban en su propio arco, ecuación que terminó ocasionando el inminente grito de gol que llegó de la manera más inesperada posible.

Sobre los 24 minutos, Haaland se giró en el área con pelota dominada y sacó un remate de zurda que el arquero rechazó hacia el frente. Desafortunadamente, para el cuadro local, el rebote le llegó como un regalo de Dios a Phil Foden, quien solo tuvo que empujarla para marcar el 1-0 y llevar el índice a su boca como señal de silencio.

Al verse por debajo en el luminoso, Bournemouth quiso sacudirse del dominio rival y logró salir del asedio para llevar la ilusión de la mínima diferencia hasta el descanso.

Phil Foden abrió el marcador en el primer tiempo. | Foto: AFP or licensors

En el arranque del segundo tiempo, Manchester City no salió en el ritmo adecuado y permitió que el Bournemouth avisara con dos ocasiones claras de gol que encendieron alarmas en el banquillo visitante.

Los contragolpes se convirtieron en un arma letal para los cherries, que dejaron ver en bastantes problemas a la zona defensiva del segundo clasificado de la Premier League.

Lejos de ser un partido tranquilo, el equipo de Guardiola tuvo que bajarle a los riesgos y cuidar la espalda de sus centrales en los últimos minutos, aferrado inesperadamente a ese solitario gol que había logrado Foden en el primer tiempo.

El reloj se convirtió entonces en el mejor amigo del Manchester City. Cuando llegó pitazo final del árbitro Jarred Gillett fue un alivio a un partido sufrido que, sin embargo, le permite al vigente campeón del fútbol inglés acercarse a un punto de diferencia del Liverpool, que continúa líder con 60 puntos en 26 fechas jugadas.

Luis Sinisterra, delantero colombiano, ingresó a los 87 minutos para intentar lograr el empate que nunca subió al marcador (1-0).