Auckland, Nueva Zelanda | AFP | jueves 19/07/2023 - 23:10 UTC-5 | 699 palabras
Con el arranque del partido entre Nueva Zelanda y Noruega se inauguró el Mundial Femenino de fútbol cuyo inicio quedó en parte opacado por un tiroteo mortal en Auckland.
La mayor ciudad neozelandesa fue escenario de un tiroteo en un edificio que dejó dos muertos, además del atacante, horas antes del partido inaugural entre la selección local y Noruega.
La acción se desplazará posteriormente a Sídney, donde Australia debutará ante Irlanda ante 80.000 espectadores, señal del interés en este torneo que apunta a ser el más seguido y rentable en la historia del fútbol femenino.
El incidente en Auckland no debe alterar la inauguración del Mundial, dijeron las autoridades del país, pero sorprendió a algunas de las selecciones participantes alojadas en esa ciudad, como Noruega o la vigente campeona Estados Unidos.
Las noruegas, alojadas cerca del sitio del incidente, comentaron que varias jugadoras se despertaron con el ruido de los vehículos de emergencia sin saber de qué se trataba, pero que se sintieron “a salvo” y continuaron sus preparativos con normalidad.
El torneo, que se extiende al 20 de agosto, creció de los 24 equipos de la edición de 2019 en Francia y por primera vez se realiza en dos países, con nueve ciudades en Australia y Nueva Zelanda.
Pero las dos anfitrionas llegan con expectativas diferentes: las “Matildas” australianas esperan avanzar en las siguientes etapas del torneo, mientras las neozelandesas tienen previsiones más modestas.
Kerr, la figura de Australia
Las “Football Ferns” esperan ganar su primer partido mundialista cuando se midan a Noruega a las 07H00 GMT en el estadio Eden Park, después de la ceremonia inaugural.
“Nuestra meta es bastante clara, queremos ganar nuestro primer partido en un Mundial. Queremos avanzar de nuestro grupo”, declaró la capitana neozelandesa Ali Riley en vísperas del partido.
Nueva Zelanda, dirigida por la checa Jitka Klimkova, figura en el lugar 26 del ranking mundial y ha ganado solo uno de sus últimos 11 partidos.
Noruega, en tanto, ganó el Mundial de 1995 cuando su entrenadora Hege Riise era la figura estelar.
Su equipo llega a Nueva Zelanda buscando borrar el recuerdo de la Eurocopa del año pasado, en la que perdieron 8-0 ante las anfitrionas de Inglaterra, eventuales campeonas.
“Todo se siente muy diferente, nada se compara con la forma en que dejamos el torneo del año pasado”, comentó la noruega Caroline Graham Hansen, volante del Barcelona.
“Tenemos la posibilidad de comenzar de cero, esa es la belleza del fútbol”, agregó.
Australia, décima en el ranking mundial, cuenta con su atacante y capitana Sam Kerr para dirigirlas a la victoria en el segundo partido del jueves, frente a las debutantes mundialistas de Irlanda.
“Estamos realmente confiadas”, admitió Kerr el miércoles, aunque aclaró que “por ahora estamos jugando ese (primer) partido, no tenemos nada más en mente”.
Más profesionalización
Con 80.000 espectadores previstos para el primer partido en Australia, el torneo va camino de batir récords de asistencia.
Las autoridades de la FIFA aseguran que ya vendieron 1.375.000 boletos, más que en todo el Mundial de Francia-2019.
Sin embargo, todo indica que el grueso de esas entradas se vendieron en Australia y en mucho menor medida en Nueva Zelanda, donde se percibe menos entusiasmo por el Mundial Femenino.
*Con información de AFP