El próximo jueves 16 de noviembre, la Selección Colombia estará recibiendo en Barranquilla a una Brasil sumida en crisis por la derrota de la fecha pasada contra Uruguay (2-0) y la grave lesión de Neymar, que deja un vacío difícil de llenar para los demás convocados.
A la espera del supuesto final de contrato de Carlo Ancelotti en el Real Madrid, la canarinha arrancó las eliminatorias bajo las órdenes de Fernando Diniz, actual técnico de Fluminense, quien ha alternado sus labores en la selección para llevar al Flu a su primera Copa Libertadores de la mano de Germán Ezequiel Cano, Marcelo, Felipe Melo y el colombiano Jhon Arias, que la próxima semana pasará de ser su dirigido a su rival.
Diniz, de 49 años, es uno de los miembros de la nueva ola de técnicos surgidos en el Brasileirao. Aunque es entrenador desde el año 2010, tuvo que recorrer un arduo camino para llegar a lo más alto del continente, pasando por equipos de segunda división y regionales como Votoraty, Paulista y Audax, del que dio el gran salto para dirigir a Athletico Paranaense en 2018.
Después de esa primera experiencia en uno de los equipos más importantes de Brasil en los últimos años, Diniz logró dar el paso a un primer ciclo en Fluminense, antes de pasar por São Paulo, Santos y Vasco da Gama.
En 2022, el Flu volvió a tocar su puerta con un proyecto ambicioso en el que le apostaban a traer jugadores de buen presente, dentro y fuera del país, con el único objetivo de romper la tortuosa maldición a nivel internacional.
En su primer año, terminó en la tercera posición del Brasileirao, resultado que le permitió clasificar a la Libertadores de este año y, de paso, avisar que el proceso estaba empezando a dar sus frutos.
Diniz depositó su confianza en la llegada de jugadores experimentados que lideraran el vestuario. Marcelo, procedente del Olympiacos de Grecia, consolidó un lazo inquebrantable con las raíces del club, en el que también empezaron a resaltar las figuras de Arias y Kenedy como alternativas para el ataque, que ya era comandado por Cano.
Su juego este año se ha caracterizado por ser muy propositivo con la pelota en los pies, pero también físico cuando tuvo que serlo. En ese sentido, Diniz logró resaltar entre los demás entrenadores del Brasileirao, volviendo a los orígenes del fútbol de ese país, lo que cautivó la atención de la CBF para ofrecerle el puesto como seleccionador mientras logran concretar la llegada de Ancelotti.
El inicio de las eliminatorias fue como se esperaba: goleada contra Bolivia en condición de local (5-1) y luego una victoria trabajada de visitante en Perú para ponerse firme en la punta de la tabla de posiciones.
Sin embargo, en octubre las cosas se torcieron. Diniz no pudo evitar el penoso empate frente a Venezuela en Cuiabá y unos días después mostró su peor cara visitando a Uruguay en Montevideo, donde cayó 2-0 y además perdió a Neymar por una delicada lesión de rodilla.
La CBF lo respaldó para seguir dirigiendo la selección en noviembre, sin embargo, en la prensa brasileña se han cansado de debatir qué tan bueno será el hecho de afrontar unas eliminatorias después de todo el esfuerzo que significó las fases definitivas de la Libertadores.
Ante Colombia, Diniz se estaría jugando su puesto en el banquillo, que empezará a ‘tambalear’ si la Tricolor logra vencer a Brasil por primera vez en la historia de un ciclo mundialista. Luego de visitar el Metropolitano, el pentacampeón del mundo recibirá a nada más y nada menos que el actual líder de la tabla, Argentina, que ha ganado sus cuatro partidos y pretende incendiar todo en el mítico estadio Maracaná.