Camilo Villegas ha pegado el tiro de salida de una ronda de golf cientos de veces pero pocos han sido tan importantes como el de este jueves. El golfista colombiano más importante de la historia llevaba 22 meses sin jugar en un torneo después de recuperarse de una dura lesión que por poco acaba con su carrera. El golfista antioqueño se lesionó el hombro en abril del 2018 y la situación fue empeorando al punto que ya no podía agarrar un palo de golf. Su refugio fue su familia. La lesión coincidió con la llegada de su hija Mia, quien le ayudó a distraerse de sus problemas físicos y se convirtió en su motivación. Precisamente, en la mitad de la ronda inicial del Bogotá Championship del Korn Ferry Tour, Mia vio a su papá jugar en competencia por primera vez. Tras un beso y un abrazo con la pequeña siguió su camino y tuvo unos segundos nueve hoyos de ensueño que lo pusieron de líder en la primera jornada.

El paisa cerró su ronda con una tarjeta de 64 golpes, -7 por debajo del par, con lo que es líder del torneo. Esto a pesar de que jugó en la cancha Fundadores, la más difícil de la competencia como lo demuestra que el mejor puntaje después del suyo fue de -5. Los demás jugadores del top 10 jugaron en Pacos y Fabios, que es un a cancha más corta y menos exigente para los 156 jugadores de todo el mundo que están en Bogotá. El inicio de ronda fue complejo para Villegas. Era lógico: llevaba meses sin jugar y, pese a que se sentía bien en entrenamientos, jugar es algo completamente diferente por la presión de la competencia. En la rueda de prensa antes del arranque del torneo, Villegas reconoció que iba a ser complicado porque el aspecto mental es lo más importante del golf: “Lo principal es volver a sentir los nervios y la presión. Está lo físico y lo mental y en golf requiere mucho de la segunda. Físicamente he podido practicar pero no he podido estar en la situación de nervios, de estrés, de ansiedad. Esta situación es perfecta porque quiero jugar bien al estar frente al público de acá y eso me ayuda mucho”. A pesar de arrancar a las 8:00 a.m. y de que fuera día sin carro en Bogotá, más de cien personas estuvieron con Camilo en el tee del hoyo 10 con el que arrancó su recorrido.

En los primeros hoyos, Camilo intentó tomarse confianza y jugó a lo seguro buscando el centro del fairway y de los complicados greens del club bogotano. El putt salvó al paisa en varias ocasiones, una aspecto del juego que ha podido trabajar mucho mientras se recuperaba de la lesión. En el hoyo 14 se dio la primera algarabía tras dos tiros perfectos y un gran cierre con putt difícil. Dos hoyos después Camilo tuvo una muy mala salida que lo envió a los árboles, desde este lugar logró un tiro imposible para cualquier aficionado y quedó cerca a la bandera. Aprovechó la oportunidad y se puso -2 tras siete hoyos. Pero fue poco el tiempo que pudo sostener este puntaje. En el 17 ubicó la bola en el borde del green y no logró dejarla dada. A la postre terminó haciendo el primer boggie de la mañana fallando un putt de un metro. En el hoyo 18 se dio la inyección de ánimo. La pequeña Mia vio a su papá jugar en un torneo por primera vez, lo que levantó el semblante del antiqueño luego de su traspié. María Ochoa, esposa de Camilo, dijo que la pequeña “es una motivación por la felicidad y la alegría que le brinda”. Mientras tanto, el golfista se limitó a describir el encuentro con dos palabras “muy bacano”. La ronda soñada de Villegaso se cimentó en los segundos nueve hoyos en los que hizo un águila y cuatro birdies de forma consecutiva, del hoyo 4 al 8. En el hoyo 4, dio un golpe de más de 360 yardas a pocos pasos de la bandera aprovechando este par 4 corto. Un tiro que pocos logran en la vida pero que Villegas consiguió gracias a su potencia. A partir de ahí empezó una racha que recordó el mejor momento del golfista, que fue en los playoffs del PGA Tour de 2008, cuando ganó el BMW Championship y el Tour Championship frente a los mejores jugadores de la temporada como Tiger Woods, Phil Mickelson, Jim Furyk  y Vijay Singh. Tras el águila, se dieron cuatro birdies seguidos de un jugador inspirado con los hierros y el putt. En el hoyo 10, su último del día, hubo una nueva oportunidad de birdie pero la bola se fue por un lado del hoyo rebeldemente. “Antes de llegar al cuatro, hice un buen par en el 3 y sabía que venía pegando bien. Hacer águila en ese par 4 me dio mucha confianza. En el seis pegué un gran tiro y empecé a sentir que podía terminar bien el día. No sabía que el campo iba a estar tan firme y eso hace que se ponga más desafiante todo”, dijo el colombiano al final de su ronda. A lo largo del día, Villegas compartió con los aficionados de Bogotá, en dónde no jugaba desde 2006. La multitud que empezó con cinco llegó a ser de centenares que en su mayoría se asombraban de los tiros geniales de su compatriota. “Jugué bastante bien y salvé pares donde lo necesitaba. En mis segundos nueve hoyos del día todo salió increíble y ya tenía muchas ganas de volver a sentir esos nervios que da competir. Estuve fuera 21 meses y regresar de esta forma y ante los fanáticos colombianos es algo que realmente te pone feliz”, sostuvo Villegas. Sin embargo este es solo el inicio y Camilo Villegas sabe que lo más difícil está por venir. El viernes será la hora de afrontar Pacos y Fabios, la otra cancha del torneo que aunque es más corta puede ser peligrosa por la ubicación de las banderas.  “Mañana jugaré en el otro campo y espero seguir haciendo las cosas bien. Es un campo que se puede bajar (el marcador) pero que tiene sus detalles”, añadió Camilo.

Tras el final de la jornada, el antioqueño está empatado con Dylan Wu y Eric Cole. Otro colombiano que se destacó fue  David Vanegas (puesto 16) con ronda de 67 (-4) en Fundadores. Mientras tanto el quindiano Santiago Gómez (puesto 28), el antioqueño Nicolás Echavarría (puesto 71), el caleño Santiago Rivas (puesto 71) y los bogotanos Joaquín Cabrera y Marcelo Rozo (puesto 141), siguieron en el orden de los nuestros en el certamen que entrega 700.000 dólares en premios. Cuando culmine su participación en el Bogotá Championship, Camilo Villegas deberá volver al PGA Tour donde tendrá 13 eventos en los que deberá sumar una buena cantidad de puntos para mantener su tarjeta.