Después de que Marruecos y Senegal cumplieran con los pronósticos tras vencer a Cabo Verde (2-0) y Malawi (2-1), era el turno para la selección egipcia, dirigida por Carlos Queiroz, de despejar las dudas enfrentando a un rival complicado como Costa de Marfil.

Por el lado de Egipto todos los focos estaban dirigidos a la actuación de Mohammed Salah, de momento con un solo gol en el torneo, mientras que los marfileños se refugiaban en un Nicolás Pepé que ha tenido cada vez menos protagonismo en el Arsenal de Inglaterra.

El primer tiempo no llegó a tener un claro dominador. La poca contundencia de ambos oncenos en el arco rival marcó un trámite en el que cometer menos errores era la clave para salir con el arco en cero. Omar Marmoush tuvo la más clara de los Faraones con un remate de media distancia que se estrelló en el horizontal al minuto 17.

Los Elefantes no se quedaron atrás aprovechando la velocidad de sus extremos. Sangare y Pepé se aproximaron con buenas resoluciones de cara al arco de El Shenawi, pero ninguna suficientemente peligrosa como para merecer irse con ventaja a los vestuarios. La noticia de los primeros 45 minutos fue la lesión de Franck Kessie, volante del Milan, que se tuvo que ir lesionado a la media hora de partido.

El decorado no cambió para la segunda parte. De hecho el miedo de ambas selecciones por perder produjo que disminuyeran aún más los riesgos en zona ofensiva y el tiempo transcurriera sin mayores opciones claras de gol hasta el minuto 70, cuando un cabezazo en el área chica de Haller estuvo a punto de abrir la cuenta para Costa de Marfil.

Egipto volvió a salvarse a cinco minutos del final cuando una pelota al vació terminó en los pies de Wilfred Zaha, jugador del Crystal Palace, que remató cruzado sin fortuna para marcar el primero. El portero El Shenawi atajó con solvencia, pero se lesionó en el posterior de la pierna izquierda dándole otro dolor de cabeza al cuerpo técnico de Queiroz.

Al final el 0-0 reinó hasta el pitazo final y todo quedó por resolverse en una prórroga que le dio más suspenso a un partido con más fiesta en las tribunas que dentro del campo de juego.

Sangaré tuvo otra de las jugadas peligrosas del conjunto marfileño con un remate lejano que fue atajado por Abou Gabal, portero suplente, para evitar la caida del arco egipcio antes de terminar el primer tiempo extra de 15 minutos. Algunas escaramusas de los Faraones lograron tocar la puerta rival, pero el cero no se rompió y tuvieron que ir a los disparos desde el punto penal.

La tanda también fue bastante igualada. Los primeros dos cobros de cada equipo fueron adentro, pero ya en el tercero Eric Bailly, defensor del Manchester United, falló y le otorgó a Egipto la posibilidad de irse en ventaja. Los de Queiroz convirtieron y Mohammed Salah se encargó de darle la puntada final al partido para clasificar a su selección a cuartos de final, en que enfrentará a Marruecos.

Las otras llaves de cuartos son Camerún frene a Gambia, Burkina Faso ante Túnez y Senegal, que espera rival en el último partido de octavos de final entre Malí y la sorprendente Guinea Ecuatorial.