Real Madrid lo volvió a hacer, como suele suceder: clasificó de manera agónica en una llave decisiva de Champions League, el torneo que parece diseñado para ellos. En una llave pareja ante el Bayern Múnich, remontó el juego de vuelta y con un 4-3 global accedió a la finalísima ante el Borussia Dortmund en Wembley.
Aunque fue una gesta más que importante para los blancos, se vio empañada por una acción sobre el final en la que, al parecer, la terna arbitral encabezada por Szymon Marciniak tuvo un ligero error de interpretación que molestó por completo a los alemanes en sus intereses por empatar a esa altura la serie.
La acción se dio en el tiempo de añadido, luego de que el asistente del polaco alzase la bandera para determinar que había sido fuera de lugar, sin estar seguro y sin revisar el VAR. Al parecer, sí lo era, pero no tomarse el tiempo de revisarla hizo confesar al Bayern que “cometió un error” y por eso les pedía perdón.
Como era apenas normal, la prensa del mundo y en especial la alemana se iba a referir al caso. El rotativo alemán Kicker dijo: “El sueño del Bayern de llegar a la final se ha esfumado, en parte porque un pitido precipitado del árbitro Marciniak fue decisivo al final”.
Por su parte, los periodistas de Spigel fueron algo más recios con sus palabras al titular la caída de los bávaros en el Santiago Bernabéu como “una pesadilla de la que no se puede despertar”.
El diario Bild se centró en hacer un análisis generalizado sobre la nueva decepción de los de Múnich: “Segundo en Bundesliga, vergonzosa derrota en Copa contra el Saarbrücken, de tercera división, y ahora el amargo final en Champions. Se cierra la primera temporada sin títulos para el Bayern desde la 2022-12″.
Quien no tuvo compasión para referirse al error arbitral fue el periodista de Bild, Matthias Brügelmann, diciendo en artículo de opinión: “¿Cómo puede este incompetente árbitro Marciniak anular el ataque del Bayern tan pronto por presunto fuera de juego y robar así al Bayern el 2-2 de De Ligt? ¡Todavía no me lo puedo creer! ¡Qué escándalo!”.
“Desde hace años, me molesta enormemente que cada ataque de cualquier tipo, sobre todo cuando todo el mundo puede ver inmediatamente que se trata de un fuera de juego claro, se deja correr eternamente, solo para terminar levantando el banderín después de una eternidad”, analizó de jugadas similares.
Y reprochó sobre la particular tomada en medio de la semifinal vuelta de Champions League: “Pero cuando todo está en juego en la semifinal de la Liga de Campeones, en el minuto 14 del tiempo añadido, de repente no se puede ser lo suficientemente rápido. Levanta el banderín, pita el árbitro y se acabó”.
“¡ES PARA LLORAR! ¡DAN GANAS DE VOMITAR!”, dijo iracundo por lo sucedido. “Es el mayor fraude de gol en un partido de todo o nada desde la final del Mundial de 1966, cuando el árbitro suizo Dienst y su asistente ruso Bachramov dieron a los ingleses la victoria por 3-2 sobre Alemania y el título”, completó.
Finalmente, habló con la nacionalidad a flor de piel para hacer público el sentimiento por una acción en la que se sintieron atacados: “Los engañados volvemos a ser los alemanes. Todos los aficionados al fútbol comprenden el enfado, la frustración y la decepción del Bayern. Merecen toda nuestra compasión”.