Liverpool y Real Madrid colmaron las tribunas del Stade de France este sábado para la gran final de la Champions League, un duelo imperdible para los fanáticos del fútbol alrededor del mundo tras una temporada marcada por el dominio de los ‘reds’ desde la fase de grupos y las espectaculares remontadas del conjunto ‘merengue’ en las tres rondas eliminatorias que lo trajeron hasta aquí.

En principio el partido estaba programado para las 2:00 de la tarde (hora de Colombia), pero se terminó aplazando media hora más a raíz de los problemas logísticos para la lectura de las entradas y los disturbios protagonizados a las afueras del estadio por parte de los hinchas del equipo donde actúa el colombiano Luis Díaz, titular en el once inicial diseñado por Jürgen Klopp.

Los primeros minutos fueron un monólogo del Liverpool que tuvo un par de opciones claras en los pies de Mohamed Salah y Sadio Mané. La primera fue a los 16 minutos, cuando Alexander-Arnold desbordó por derecha y la centró para que el egipcio le cambiara la dirección hacia el arco, pero Thibaut Courtois sacó la mano izquierda para evitar la caída de su arco.

Mané, sobre los 21′ de juego, remató de media distancia y el portero belga apareció nuevamente para evitar el grito con ayuda del vertical derecho. Ese fue el punto de quiebre para que el Madrid despertara e inclinara la cancha hacia las inmediaciones de la portería defendida por Allison.

Justo antes de terminar el primer tiempo se produjo el gol del equipo español a través de Benzema luego de una serie de rebotes en el área. El francés se disponía a celebrar, pero vio a lo lejos el juez de línea que levantó la bandera por un presunto fuera de lugar que fue revisado en el VAR.

Luego de unos minutos de observación milimétrica, desde la cabina avisaron que Karim se encontraba levemente adelantado sobre el área chica y se confirmó la decisión del colegiado de mantener el marcador empatado a cero goles camino al descanso.

Liverpool retomó el dominio en el segundo tiempo, aunque ya se empezaba a sentir el desgaste de una final al rojo vivo. Sobre el primer cuarto de hora se rompió la paridad, pero a favor del Madrid, que se dedicó a ser reactivo y salir al contragolpe, estrategia que le surtió efecto a la perfección.

Federico Valverde se descolgó por la derecha y metió un ‘buscapiés’ al segundo palo que fue conectado por Vinícius para enviarla al fondo de la red y gritar el 1-0 junto a toda su afición.

Firmino y Diogo Jota fueron la respuesta de Klopp al gol en contra, buscando más volumen de ataque y presencia en el área que era dominada completamente por el triángulo entre Militão, Alaba y Casemiro. Los últimos 10 minutos del encuentro se disputaron cerca del área de Courtois, que se empezaba a consolidar cada vez más como figura bajo los tres palos con atajadas que dejaron boquiabierto a más de uno.

Los minutos transcurrieron y Liverpool no pudo descifrar la clave para llegar al empate, falta de contundencia que promovió el triunfo por la mínima del más veces campeón de Europa. Real Madrid llega de esta manera a su corona número 14 de la historia, el doble de su más inmediato perseguidor en cuanto a copas, que es el Milán de Italia con 7.