En la mañana del domingo, Kobe Bryant se montó en su helicóptero junto con 8 personas más para asistir a un partido de baloncesto de su hija Gianna Marie de 13 años. El exbasquetbolista odiaba el tráfico por lo que decidió comprar un helicóptero que lo ayudara a evitar el caos vial que caracteriza Los Ángeles. Lo que no sabía Bryant es que este sería su último viaje pues la aeronave se precipitó en pleno vuelo ocasionando la muerte de todos sus ocupantes. El accidente ocurrido en la ladera de una colina y en medio de una densa niebla matutina en el sur de California se produjo alrededor de las 10 de la mañana, a unos 48 kilómetros al noroeste del centro de Los Ángeles en la localidad de Calabasas. Las autoridades ya están investigando la causa del incidente y los principales indicios con los que cuentan hasta ahora son la grabación del piloto de la aeronave con la torre de control y los testimonios de los testigos que vieron cómo fue el choque.

El helicóptero estaba operando bajo “reglas especiales de vuelo visual”, según una conversación de control de tráfico aéreo con el piloto, revelada por el sitio web LiveATC.net. La autorización SVFR permite que un piloto vuele en condiciones climáticas peores que las permitidas para las reglas de vuelo visual estándar (VFR). En este caso, la fuerte niebla imposibilitaba tener una visión óptima. La torre de control del aeropuerto de Burbank permitió que el helicóptero avanzara hacia el noreste, siguiendo la carretera interestatal 5, utilizando dicha autorización. Luego, el controlador dice “2 echo X, todavía está a un nivel demasiado bajo para el seguimiento del vuelo en este momento”, lo que podría significar que los radares no captaban la aeronave por la baja altura a la que estaba. “Helicóptero 72EX (...) Helicóptero 72EX, está siguiendo un código 1200. ¿Va a seguir con el vuelo? (…) Sigue volando demasiado bajo para continuar (…) Helicóptero 72EX, aquí control”, fue la advertencia completa del controlador.

Los Angeles Times publicó el relato de dos habitantes de la zona que manifestaron que el helicóptero estaba a muy baja altura pues oyeron el ruido de las aspas muy cerca y luego vieron una bola de fuego en las montañas. “Estaba sentado en la mesa de mi comedor el domingo por la mañana cuando escuché el zumbido de las palas del helicóptero. Era una mañana nublada, con visibilidad a menos de 20 metros. Miré hacia una ventana cercana en mi casa de Calabasas y escuché un estallido masivo, seguido de unos segundos de silencio. Luego, una bola de fuego estalló en una ladera de Las Virgenes Road”, dijo Richard Winton, periodista que estaba en el lugar y que con unos binoculares vio los momentos finales antes de que el helicóptero se precipitara contra una montaña.

“Pude ver que el avión había sido destrozado y estaba en llamas. Resultó que el avión era un helicóptero, y estaba disperso en muchos pedazos en la ladera. En los minutos siguientes, llegó una corriente de bomberos para combatir el incendio”, agregó el testigo. Otra persona que brindó su testimonio fue Jerry Kocharian, quien dijo que antes de que el vehículo se estrellara contra una montaña: “No sonaba bien y volaba muy bajo”. Kocharian luego vio el estallido y escuchó la explosión que según él supo que era fatal. “Nadie podría sobrevivir a eso”, dijo el hombre de 62 años. Mientras tanto, Kathy Sonnad, relató los hechos al medio PhillyVoice, de la ciudad de la que era oriundo Bryant. Según ella es común que transiten helicópteros privados en la zona pero este emitía un sonido muy estridente por lo que le llamó la atención. “Me estaba acercando a mi calle y escuché este helicóptero muy ruidoso. Tenemos muchos helicópteros que van y vienen de Santa Bárbara, mucha gente tiene helicópteros privados aquí, los escuchamos, pero esto fue inusual. Fue increíblemente fuerte, sonaba como si estuviera tan bajo como una azotea. Provenía del oeste hacia el este, una ruta típica. Escuché un sonido muy fuerte pero no vi mucho debido a la densa niebla. Fue justo encima de la cabeza y luego, cinco segundos después, no escucho motores, nada. Simplemente no había nada. Absolutamente nada todavía”, fue lo que sucedió antes de la explosión según la mujer. De acuerdo a las primeras pesquisas, el avión cayó desde 200 metros de altura y su velocidad antes de estrellarse era de más de 100 kilómetros por hora por lo que era prácticamente imposible que alguno de los ocupantes sobreviviera. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) envió a un equipo de investigadores al lugar del siniestro. Esta dependencia suele emitir un reporte preliminar en un plazo cercano a 10 días acerca de lo que han descubierto los investigadores. Sin embargo, la NTSB no mencionará una causa probable, y podría tardar un año o más en determinarla. "Los bomberos llegaron caminando al sitio de los hechos, junto con equipamiento médico y mangueras. Personal médico descendió a rapel desde un helicóptero, pero no encontró sobrevivientes", dijo el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Daryl Osby. "Fue necesario apagar las llamas que se habían propagado en una superficie de 0.1 hectáreas de arbustos (un cuarto de acre)", comentó Osby.

Allen Kenitzer, portavoz de la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés), dijo que el helicóptero accidentado era un Sikorsky S-76. El Sikorsky S-76 “es considerado en general un buen helicóptero, con un registro positivo de seguridad”, comentó Gary C. Robb, abogado especializado en la aeronáutica en Kansas City, quien escribió un libro de texto sobre litigios en los accidentes de aeronaves. “Pero las partes fallan, las partes se rompen. Cualquier cosa puede pasar”.