Pese a estar acostumbrados a los triunfos, la alegría y la celebración de los fanáticos de los Chicago Bulls fueron inmensas. Casi del mismo tamaño del orgullo que les producía el ser los seguidores de un equipo que _liderado por un jugador que ya no admite comparaciones como Michael Jordan_ consiguió hace dos semanas su quinto campeonato de la NBA en sólo siete años, demostrando de paso el porqué son considerados como un mito viviente del baloncesto mundial. Tan sólo los Boston Celtic tuvieron un reinado más impresionante al obtener ocho títulos de 1959 a 1966. Sin embargo eso fue en una época bastante diferente y menos competitiva que la de ahora. Pero prácticamente desde el mismo instante en que los Bulls celebraban en el United Center el final de una serie reñida _ganaron a los Utah Jazz por cuatro a dos_ , los seguidores del que es considerado como el mejor equipo del mundo tuvieron que mezclar la dicha con un sentimiento de incertidumbre. No saben si en la próxima temporada seguirán en el equipo los hombres que lo han llevado a la gloria: Jordan, Scottie Pippen, el entrenador Phill Jackson y el mismo Dennis Rodman. Antes del título este tema inquietaba a los fanáticos. Pero después de ganado el quinto anillo el asunto ha desatado ríos de tinta en los periódicos de Chicago y se ha convertido en el tema principal de conversación en cualquier reunión en la ciudad. Y no es para menos, pues estos tres jugadores, junto con el guardia Ron Harper y el entrenador Jackson, terminaron su contrato con el equipo esta temporada y el dueño de la franquicia, Jerry Reinsdorf, parece no tener a la mayoría de ellos entre sus planes para el campeonato 97-98. Reinsdorf quiere salir de los jugadores veteranos de su quinteto _Pippen de 32 años, Rodman de 36 y Harper de 33_ con el fin de renovar el equipo. Teme que a los Bulls les pueda suceder lo mismo que a los Boston Celtic de los años 80, cuando por mantener demasiado tiempo juntos a Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parrish _los Jordan, Pippen y Rodman de la época_ no renovó sus filas y después tuvo muchas dificultades para volver a recorrer el camino de la gloria. Jackson no comparte esa idea y ese enfrentamiento con el dueño lo tiene a las puertas del club. Aunque de esta situación se venía hablando desde hace varias semanas, la realidad es que el futuro de los Bulls empezó a escribirse durante la rueda de prensa al día siguiente del título. El sexto título para los Bulls Allí Jordan puso las cartas sobre la mesa."Será más grande ganar un sexto título. Lo único que queremos es que nos dejen defender lo que tenemos", dijo. Pero ahí no paró todo. El líder de los Bulls dejó en claro hasta dónde está dispuesto a llegar y lo que piensa de las conversaciones que los directivos adelantan para reemplazar a Jackson por Tim Floyd, un entrenador universitario, y los contactos para cambiar con los Philladelphia 76ers a Pippen por dos jugadores jóvenes: "No jugaré más al baloncesto bajo las órdenes de otro entrenador. Este equipo puede seguir siendo campeón, pero merecemos cierta consideración, cierta lealtad hacia mí, hacia Scottie, hacia Phil, incluso hacia todos los que nos han ayudado en los dos últimos años como Dennis". Esta situación es la que tiene preocupados a los seguidores de los Bulls, intranquilos a los jugadores y a Reinsdorf entre la espada y la pared. El dueño del equipo quiere renovar, pero no desea salir de su estrella, Jordan, a quien le ofreció un contrato por 33 millones de dólares _tres más de lo que ganó este año_ por jugar otra temporada más con Chicago. Pero es justamente Jordan el que tiene en una encrucijada a Reinsdorf. El mejor jugador de la década y tal vez de la historia pide 36 millones por un año más con los Bulls. Aunque esta diferencia económica no es realmente el problema, Jordan puso como condición para continuar el que Jackson siga de entrenador y Pippen y Rodman continúen siendo sus compañeros de batalla. De aceptar, Reinsdorf tendría que añadirle varios ceros a sus cheques, pues Scottie _que ganaba 2,7 millones_ pide 20 millones para seguir otra temporada más. Rodman, por su parte, quien ganó nueve millones durante los dos años que lleva en el quinteto, sólo renovará su contrato si le pagan 10 millones, cifra a la que también aspira el entrenador Jackson. Mientras el dueño del equipo y sus asesores hacen cálculos para tomar la que sin duda es una difícil decisión, a los amantes del baloncesto los rondan dos grandes dudas: ¿Será Jerry Reinsdorf capaz de desarmar el mejor equipo de la historia? ¿Será capaz de no satisfacer las demandas del mejor jugador de la historia? Aquellos que esperan disfrutar de un equipo maravilloso esperan que no.