Con el Camp Nou lleno por primera vez desde la pandemia —más de 40 mil espectadores, entre ellos algunos de lujo por ser ídolos del club catalán como Ronaldinho y Puyol—, el clásico fue disfrutado por el técnico de la Selección española Luis Enrique, Joan Gaspart, Gasol, Álex Corretja e Iván Helguera.

Todos ellos disfrutaron del gol del Real Madrid después de un extraordinario contragolpe con Alaba, quien sacó un balón de su área, se apoyó en Vinicius y emprendió la carrera hacia el campo contrario. El brasileño dejó en un pase el balón para Rodrygo, que miró al costado izquierdo y vio de nuevo a Alaba. Este último, en solitario, sacó un zurdazo imposible de atajar para Ter Stegen.

El contragolpe fue el arma letal para que el Real Madrid pintara el clásico de blanco. Con tres minutos de reposición, Marco Asensio tomó mal parada a la defensa rival y remató entrando por el borde izquierdo del área.

Ter Stegen puñeteó y dejó el rebote, que Lucas Vásquez cazó anticipando a Eric García. Todo el equipo azulgrana estaba jugado y reclamó un posible penal a su favor en la jugada previa, pero el VAR lo descartó. Al término del juego, el director técnico dijo: “El resultado no es bueno porque jugamos bien, pero ellos marcaron y nosotros no. [Estoy] descontento porque hemos tenido dos o tres [opciones] muy claras. La diferencia está en marcar y no”, le dijo el líder del Barcelona a ESPN, equipo que ya suma tres derrotas consecutivas en los clásicos.

Con la resignación de los dirigidos por Koeman y una hinchada completamente apagada, Sergio Agüero descontó faltando pocos segundos para el final, tras una asistencia de Dest; puso el tanto que solo sirvió para rescatar un poco el honor.

Como era de esperarse, el local empezó imponiendo las condiciones. Ansu Fati, ubicado de falso 9, intentó conectar un balón en el área contraria tras un pase filtrado de Gavi, pero cayó en el área. La orden del árbitro fue continuar. La posesión de la pelota para el equipo de Koeman no surtía mayor peligro.

Pese a que el Madrid parecía tener problemas para pasar del centro del campo y vulnerar la valla de Ter Stegen, un tiro de esquina provocó un primer aviso de la visita, una gran jugada de peligro de Vinicius que minutos después cayó dentro del área tras regatear ante Mingueza. Este se robó un balón en velocidad. El primero no lo determinaron como penal y el segundo fue anulado por fuera de lugar.

Luego fue Barcelona el que se animó con Dest, que recibió la pelota en el centro del área totalmente solo y quien mandó el balón a las nubes. Y como la inexorable ley que dice que el que no los hace, los ve hacer, apenas siete minutos después Alaba celebró tras un contragolpe en el que recibió una pelota filtrada de Rodrygo por la izquierda. Con gran potencia y ubicación, se la puso arriba e imposible para Ter Stegen.

Antes de irse a los camerinos, llegó un remate de cabeza de Piqué tras un córner. Gerard se llevó las manos a la boca pues el balón se fue rozando el poste. Los tiros de esquina no fueron la vía para abrir el marcador para los de Koeman, quienes no aprovecharon los centros de Memphis.

Mientras tanto, el Real Madrid aprovechaba lo mal parado que quedaba su rival en cada intento de marcar y contragolpeaba; esa fue la constante. Al minuto 38 de ese segundo tiempo, un pase de Benzema desde la línea de fondo le quedó a Kroos de volea en el segundo palo y luego a Alba, que lo desvió.

Alaba, además de marcar, ayudó a desviar. Ansu Fati tuvo la última de la primera mitad después de recibir un gran balón de Jordi Alba dentro del área.

En los últimos 45 minutos, el Barcelona cambió a Mingueza por Coutinho, quien le dio otra cara al Barcelona. Los locales despertaron y de entrada tuvieron dos aproximaciones con Gerard Piqué y Ansu Fati, que remataron a puerta de Courtois.

Real Madrid intentó sacudirse del dominio local con las asociaciones de Mendy y Benzemáque, quienes quemaron las manos de Ter Stegen. Luego la prueba la tuvo Curtois, con un pase de Alba que remató de primera, y Ansu Fati, quien en el área probó las manos del portero belga. A esa altura, el partido se volvió de ida y vuelta con oportunidades en las dos áreas.

La polémica del partido llegó al minuto 57 cuando los jugadores del Barcelona reclamaron una mano de Kroos dentro del área, pero Sánchez Martínez dijo que no había nada y de paso Piqué vio la tarjeta amarilla por protestar.

Vinicius se hizo figura intentando ampliar la ventaja y Barcelona no renunciaba con Dest, que tuvo un potentísimo disparo lateral desde la frontal del área, pero el balón se fue alto. Al minuto 73 se marchó Ansu Fati y entró Agüero, que al 84 tuvo de cabeza el empate, pero se fue por encima del segundo.

Finalmente el colegiado añadió 7 minutos en los que el Barcelona buscó por todas las vías no caer en su propio campo pero la desesperación y el freno del partido que puso Courtois, por ejemplo, quien sufrió un impase tras un aparente daño en la rodilla. Luego Piqué cayó en el área y reclamó penalti y cuando Sánchez Martínez dio continuidad al juego, un contragolpe de Marco Aensio que tomó mal parada a la defensa del local, entrando por el borde izquierdo del área y rematando para que Ter Stegen dejara el rebote a cargo de Lucas Vásquez, parecía sentenciar el encuentro.

Sin embargo, Agüero no quería pasar en vano y lo logró gracias a un centro de Dest desde la derecha para vencer al golpeado Courtois que se llevó junto a sus compañeros el cuarto clásico consecutivo y la dignidad de un Barcelona que no encuentra su norte.

Tras el pitazo final la afición se hizo sentir mostrando su descontento con arengas que piden la salida de Koeman. Afuera del escenario deportivo el ambiente fue tenso y el DT de Barcelona salió en medio de las muestras violentas de los seguidores contra el vehículo que lo transportaba.