La relación entre Atlético Nacional y sus hinchas no pasa por el mejor momento. A pesar de salir campeón en el primer semestre del 2022, la relación se rompió luego de las decisiones que acabaron con la salida de Giovanni Moreno y un clima tenso con el técnico Hernán Darío Herrera.
El segundo semestre no fue lo mismo en lo deportivo, Nacional lució mal en varios partidos y en la última fecha desaprovechó la oportunidad de clasificar, quedando fuera de los cuadrangulares, ya con el brasileño Paulo Autuori asumiendo su puesto como entrenador.
Al tener el cupo asegurado para la Copa Libertadores, en el cuadro verdolaga esperaban grandes movimientos en cuanto a fichajes, sin embargo, lo que terminaron viendo fue la salida del argentino Emmanuel Olivera, además de otros jugadores de nivel irregular en el año como Alexander Mejía, Daniel Mantilla, Yeison Guzmán y Andrés ‘Rifle’ Andrade.
En cuanto a llegadas, la dirigencia se ha dedicado a reforzar la defensa con la incorporación del experimentado Cristian Zapata, el canterano Juan Felipe Aguirre y el zaguero del Deportes Tolima, Sergio Mosquera, al que le venían siguiendo la pista desde que se declaró abiertamente hincha. Además, sumaron el fichaje del delantero brasileño Francisco Da Costa, que viene de hacer una buena temporada con el Bolívar de Bolivia.
Enfado por los abonos
Pero ninguna de esas caras nuevas impidió que la afición estallara por los elevados precios de los abonos para el primer semestre, en el que, además de la Liga Betplay, disputarán la Libertadores y también la Superliga frente al Deportivo Pereira.
La primera etapa, que incluía los 10 partidos del torneo local, los tres internacionales, el de la Superliga y la ‘noche verdolaga’, fue la que desató la ola de críticas por parte de los hinchas, encabezados por la barra ‘Los del Sur’. El abono más barato, para las tribunas sur y norte, tenía un valor de 488.000, mientras que la más cara, en la platea del Atanasio Girardot, escalaba por encima de los 2 millones de pesos.
Al ver el revuelo que se causó, Nacional modificó los precios, pero esta vez lanzó una campaña sin los tres juegos de la Libertadores, lo que en la hinchada califican como un irrespeto para una afición que suele tener grandes asistencias, independientemente del torneo del que se trate.
Es por eso que este martes convocaron a una manifestación pacífica en la sede de Itagüí, hasta la que llegaron sobre las 11:00 de la mañana con banderas, bombos y también planfetos en contra del presidente Mauricio Navarro y la organización Ardila Lulle.
“Queremos recordar a la gente que será una protesta pacífica, pero contundente a la espera de hacer recapacitar a la directiva sobre sus manejos”, dice el comunicado oficial de la barra.
“Pedimos a los asistentes llevar sus trapos y banderas de protesta, y entender que no es una manifestación en contra de los empleados que puedan estar allí presentes en las oficinas, sino de los altos directivos y su incapacidad de escuchar a la hinchada, la más grande del país”, agregaron.
La respuesta de Nacional fue aislar la sede de posibles ataques usando polisombras que rodeaban las instalaciones a las que los hinchas no pudieron llegar, pues se tuvieron que quedar de la reja para afuera, cantando en contra de los dirigentes y lanzando Coca-Cola como acto de protesta, recordando que la organización Ardila Lulle es dueña de Postobón, misma marca de bebidas azucaradas que patrocina desde hace varios años al club.
En general, la protesta se desarrolló con calma y sin violencia por parte de los aficionados, que prometieron regresar en los próximos días para hacer sentir su inconformismo de cara a una temporada que seguramente estará empañada por la tensión creciente entre ambas partes.