Carlos Queiroz sufrió este martes su tercera decepción en lo que fue el camino y la disputa del Mundial de Qatar 2022. Todo comenzó en 2020 cuando fue goleado por Ecuador y terminó destituido de la Selección Colombia; meses después tomó las riendas de Egipto y cayó eliminado en la última fase, antes de regresar a Irán, donde alcanzó a soñar con la histórica clasificación a octavos de final.
El cuadro iraní tenía la posibilidad de avanzar si vencía a Estados Unidos en un duelo directo por el grupo B, pero el 1-0 en contra los sentenció a regresar a casa, en medio de un clima tenso con el gobierno por la protesta del primer partido, en el que decidieron no cantar el himno como apoyo a las mujeres.
Queiroz tuvo que lidiar durante toda la semana con incontables preguntas sobre la situación del país e incluso, en la previa del juego ante los norteamericanos, zanjó la polémica por el uso de una bandera modificada en las publicaciones de las cuentas oficiales del rival.
Después del juego disputado en el Al Thumama, ya resignado a la despedida, el estratega habló un poco más tranquilo y atendió incluso a los medios colombianos que, como era de esperarse, le preguntaron por su paso por Colombia y la ausencia de la Tricolor en esta edición de la cita orbital.
“Su cabeza no estaba bien”
Aunque con la Selección solo dirigió 4 partidos de Eliminatorias, esas dos derrotas, frente a Uruguay de local y la goleada en Quito a manos de Ecuador, hicieron mella en los resultados finales, que decretaron la decepción del equipo luego liderado por Reinaldo Rueda.
Meses después de su destitución, Queiroz señaló a Álvaro González Alzate, directivo de la FCF, como su verdugo en Colombia, sin desconocer que los resultados no habían sido los mejores a la hora de iniciar el camino para Qatar 2022.
Hoy, dos años después de aquella humillación ante los ecuatorianos, el técnico encuentra razones en el contexto mundial de la pandemia. “Pienso que Colombia merecía estar también aquí por los jugadores que tiene, pero hay que recordar que los partidos de segunda ronda de clasificación llegaron en un momento que fue una locura para todos”, declaró para Win Sports desde Doha.
“La preparación, los jugadores que se quedaron en Europa y que no jugaron, los casos de covid-19, fueron una locura”, añade Queiroz, recordando que por ese entonces hubo muchas restricciones para contar con los futbolistas en las concentraciones, provocando que las sesiones de trabajo no pudieran hacerse con plenitud.
Incluso Queiroz se anima a decir que “Colombia no estaba en condiciones de jugar” esa segunda fecha de partidos, es decir, contra Uruguay y Ecuador. “Hubo jugadores que no llegaron ni hicieron que fuera el mejor momento, pero la decisión fue tomada y la respetamos”, agregó.
El portugués reitera que la situación por la covid-19 en Sudamérica impactó en su trabajo como seleccionador. “No fue lo único, pero afectó mucho la calidad y la performance del equipo. Algunos jugadores llevaban 1 año sin ir al país y cuando fueron para jugar un partido, sus familias y amigos sentían una necesidad muy grande de convivir”, dijo. “Creo que lo peor que pasó fue que la cabeza de los jugadores no estaba bien”, sentenció.
Aunque separó sus caminos, Queiroz guarda un cariño especial por Colombia y aseguró que espera los mejores resultados en este ciclo que inició hace poco bajo la batuta de Néstor Lorenzo. “Siempre el futuro es mejor porque las personas toman los aprendizajes del pasado y no van a hacer los mismos errores”, señaló desde Doha, antes de alistar maletas para despedirse de una nueva edición del Mundial.