La carrera de Caros Ramírez por el bronce olímpico refleja lo que vivió antes de disputarla: empezar en una situación complicada y recuperarse para cruzar la meta como uno de los mejores.

Gurrero y resiliente, repitió la hazaña de Rio de Janeiro y es el deportista que, como Caterine Ibargüen, Óscar Figueroa, Luis Javier Mosquera, Yuri Alvear, Jackeline Rentería y Helmut Bellingrodt, se cuelga dos preseas olímpicas para nuestro país.

Para lograr el metal 31 de Colombia, Ramírez confesó en Caracol Televisión que se enfrentó a una carrera que lo puso entre la espada y la pared, su salud o su profesión. Exhausto, pero sonriente: “No me la creo, pocos saben pero ha sido un mes duro, tengo una rodilla que no dejé ver durante un mes largo, pero es un sabor mucho más rico montarme a este podio como está”, confesó con la voz entrecortada.

La satisfacción del colombiano fue tanta que pidió disculpas por desahogar ante las cámaras un término que ayudó a aliviar el dolor que padeció: “Sé que uno no debería decir estas cosas en vivo, pero, hijueputa, esto sí sabe rico. Otra vez el podio, al frente de toda mi familia que está lejos, al frente de toda mi familia y ojalá estuvieran aquí conmigo. Fue duro, pero muy muy lindo”.

Como si fuera poco lo de la rodilla, Carlos Ramírez soportó otra dolencia en su cuerpo. Por esos duros momentos agradeció a su familia por el apoyo: “No fue fácil y después sabrán todo lo que sufrí este mes y las dificultades que tuve. Tuve una caída en una carrera de preparación en la cual se me inflamó desde el tobillo hasta la ingle más o menos, y lo tuve callado, pero ya, lo logramos. Logramos otra vez otro podio, dejando el nombre de Colombia muy en alto otra vez”, le dijo agitado, pero muy feliz, al periodista Ricardo Orrego.

“El pequeño mago”

Sus amigos y colegas en el mundo del BMX, creen que Carlos Ramírez tiene una magia especial: “hace cosas que nadie cree en la pista, hace milagros”, dijo Carlos Oquendo a SEMANA, medallista olímpico de esta disciplina en Londres 2012.

¿Los trucos? los que demostró en la pista de Tokio en el Ariake Urban Sport Park, evitando caídas, haciendo maniobras increíbles para no verse envuelto en los graves accidentes que se vieron en los heats e incluso, tomando la ventaja ante sus rivales que parecían dejarlo sin opciones para la segunda conquista más cuando venía de padecer una lesión.