Una hora, 29 minutos y 27 segundos fue lo que demoró Sandra Lorena Arenas para darle la quinta medalla de la delegación colombiana en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, tiempo que pareció una eternidad por el dramático cierre.

Aunque siempre se mantuvo en el grupo principal, la pelea fue paso a paso con la china Liu Hong que fue bronce en la competencia y con la brasilera Erica Sennam que tras su tercera penalización le dio la ventaja a la colombiana que aunque pudo pasar por lo mismo, conservó la calma y la madurez para subirse al segundo lugar del podio detrás de Antonella Palmisano, la italiana que se colgó el oro.

“Que felicidad (entran risas), como un meme que hay por ahí cuando quedé tercera en el mundial juvenil, qué felicidad. No soy mucha de expresiones y es toda irónica la foto, entonces me molestan con eso. De verdad que siento una felicidad inmensa que no sé ni como describirlo. Había trabajado muy duro para esto, lo había soñado hace mucho tiempo y verlo ahora real, logrado de verdad que es un orgullo para mí y mi país. Se lo dedico a mi familia y el equipo multidisciplinario. Quiero decirle a Colombia que disfruten este título que también es para ellos”, dijo la atleta de 27 años.

La tercera medalla para la Colombia en las justas no fue fácil, pues Arenas confesó que estuvo cerca de caerse y tuvo sensaciones de vómito debido al intenso calor en Sapporo que superaba los 30 grados con una humedad mayor al 60 %.

“Desde que iniciamos sentía mucho susto como no pasaba hace tiempo. Sólo pensaba y le pedía Dios que me diera la fortaleza e inteligencia para lograrlo y durante toda la carrera estuve demasiado tranquila, en una casi me caigo y tuve sensaciones de vómito. Pero siempre tuve mucha tranquilidad. De verdad que el gran trabajo de mis psicólogos y el equipo detrás”, señaló la marchista de 27 años.

Sandra Lorena Arenas había sido la primera deportista colombiana en lograr el cupo a los Juegos Olímpicos de Tokio.

Esta mujer que nació en Pereira pero se crió en el Municipio de Bello, cerca de Medellín donde se preparó para lograr el objetivo. El sacrificio incluyó alejarse de sus seres queridos: “Cada segundo, cada instante, cada milésima valió la pena. Hubo muchas cosas por las que pasé para lograr esto, pero eso me hizo más berraca y optimista y pueda trabajar para ello para lograrlo y con esto demuestro que no hay nada imposible en la vida. Que todo sueño con esfuerzo y dedicación se logra”, dijo al final de la competencia al equipo de prensa del Comité Olímpico Colombiano.

La profesional en deportes del Politécnico Jaime Isaza Cadavd ostenta cerca de 10 récords nacionales en categorías de mayores y sub 23 y sin duda es una de las más importantes marchistas del país, una especialidad en la que Colombia se ha destacado en los últimos 20 años, pero en la que la medalla olímpica había sido esquiva.

Su medalla no es sorpresa para aquellos quienes han seguido su carrera. A ellos y a los colombianos que madrugaron a verla, les dedicó la presea: “De verdad que en a competencia pensaba en toda la gente apoyándome, los pensaba mucho y esto es para las personas que madrugaron a verme”, agregó.

“Ser medalista no tiene descripción para esto que se ha logrado”, concluyó la marchista que recibirá su medalla en la noche de este viernes en el estadio Olímpico de Tokio.