El pasado 17 de agosto, los colombianos nos ilusionábamos con una nueva oportunidad de medalla en Rio 2016. El boxeador Ceiber Ávila enfrentaba al ruso Misha Aloian en los cuartos de final de la categoría de los 52 kilogramos. Para los expertos el colombiano dominó la pelea pegando los mejores golpes. Pero los jueces vieron otra cosa y dieron como ganador al europeo, por lo que Ávila debía aceptar la decisión con resignación.Casi cuatro meses después, se podría hacer justicia con el pugilista nacional. De acuerdo a un comunicado emitido por el Tribunal de Arbitramento Deportivo (TAS), el ruso dio positivo por tuaminoheptan, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), por lo que se le retiró la medalla de plata que obtuvo en las más recientes justas olímpicas.A pesar de que el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Comité Olímpico Colombiano (COC) no se han pronunciado sobre el caso, en otras ocasiones, las preseas que se han retirado a los atletas dopados, luego se le han otorgado a los deportistas que los siguieron en la competencia.Le puede interesar: El grupo que nos habituó a ganar“Conspiración institucional” en el deporte rusoEste viernes  se dio a conocer la segunda entrega del ‘Informe Mclaren’, en el que se denunció que el caso de deopaje en Rusia es una “conspiración institucional”, pues más de 1.000 deportistas se doparon auspiciados por sus autoridades de este país.La investigación concluyó que más de 500 controles que eran positivos se hicieron pasar como negativos por los laboratorios de Moscu y Sochi, que eran manejados por el Ministerio del Deporte ruso.Puede leer: Hackers filtran historiales médicos de Simone Biles y Serena WilliamsDe acuerdo al profesor Richard McLaren, que fue el encargado de examinar las muestras,  "el deseo de ganar medallas sustituyó su moral colectiva, su límite ético y los valores olímpicos del juego limpio".*Con información de EFE