Real Madrid se clasificó para los cuartos de final de la Champions League tras eliminar al Atalanta (3-1 y 4-1 en el global) después de hacer un partido muy completo, de menos a más, y que llena de moral al 13 veces campeón de Europa, que gana credenciales en su competición fetiche.

El equipo de Zidane no cayó en la trampa de su atrevido rival pese a que la puesta en escena fue decepcionante. Los blancos salieron agazapados en una línea de tres centrales, pero resolvieron primero con un regalo de su rival y después con un impulso magnífico al comienzo del segundo tiempo. La noche fue más plácida de lo imaginado, incluso con el gol tardío de los bergamascos.

Gosens, a los dos minutos, fue el primero en avisar y meter el miedo en el cuerpo al Real Madrid. El dominio del balón fue de los italianos hasta que se alcanzó la media hora de partido, cuando Modrić y Kroos tomaron los mandos. El croata, más retrasado por la baja de Casemiro, fue creciendo con el paso de los minutos y dio más orden a los de Zidane, más aliviado con la verticalidad de Vinícius y su conexión con Benzema.

Fue la primera del Madrid, que comenzaba a tomar la medida a su oponente, menos fulgurante que al arranque. Mendy y Lucas Vázquez se sumaron para dar profundidad y, a diez minutos del descanso, llegó un premio inesperado y más de media eliminatoria. Un regalo del portero Sportiello que fue aprovechado por Modrić.

El ‘Balón de Oro’ se la regaló a Benzema y este no falló con el arquero vencido. El gol fue un tesoro para los de Zidane, que salieron en la segunda parte sin perder la cabeza, conscientes de su ventaja –sumada al gol de la ida–, pero con la intención de cerrar la eliminatoria para evitar sobresaltos de última hora.

Vinícius la tuvo a los 52 minutos tras una carrera de 40 metros. El brasileño lo hizo todo bien menos culminar. Solo ante el meta italiano, su remate se fue desviado. Poco después, rondando la hora de partido, ‘Vini’ volvió a prender la moto, superó dos líneas rivales y terminó siendo derribado por Tóloi sobre el área de castigo.

El de Río de Janeiro fue el más destacado aunque sigue suspendiendo en la asignatura del gol. Su acción terminó en pena máxima y Sergio Ramos, que no marcaba desde el 3 de noviembre, selló el 2-0 y echó el candado a la eliminatoria. El pase estaba más que asegurado y Zidane decidió mover el banquillo. El primer cambio fue, precisamente, el capitán Ramos.

El Real Madrid no bajó el pistón y con poco siguió generando ocasiones para ampliar su renta en el marcador. Benzema fue quien tuvo la más clara con un doble remate. El primero lo paró a bocajarro el cancerbero de la ‘Dea’ y el segundo acabó en la madera. Entre medias, los de Gian Piero Gasperini se volcaron en el campo contrario fruto de la desesperación.

Duván Zapata pudo haber recortado distancias, pero Courtois también estuvo a la altura con dos paradas de mucho mérito. El gran valor del Real Madrid este martes fue este: primero portería a cero y después buscar el área contraria sin volverse loco. El plan le salió a la perfección a Zidane, que vuelve a meter a los suyos entre los ocho mejores del Viejo Continente, una deuda de las dos últimas temporadas.

Y eso que hubo picante en la recta final con una falta de Luis Fernando Muriel a siete minutos del final. Hubiese sido un milagro del Atalanta, sobre todo porque no tuvieron ni un minuto para ilusionarse. Una nueva internada de Lucas Vázquez la llevó Marco Asensio a buen puerto. El balear, recién entrado, fue quien puso a la guinda a un pase a cuartos que abre las puertas de la esperanza en la Casa Blanca en este año tan irregular.

Con información de Europa Press.