El Metropolitano, iluminado por una luna barranquillera, que como dijo Esthercita Forero “tiene algo que maravilla”, le dio con su majestuosidad la bienvenida a James Rodríguez de vuelta a casa.
Los hinchas, que ocuparon el 100 % de las tribunas, corearon su nombre con fuerza tras conocer la titular elegida por Reinaldo Rueda. El ‘10′ salió a calentar y al unísono se escuchó su nombre. Fue el mejor abrazo de regreso al hombre que no era titular desde el 17 de noviembre de 2020, tras aquella fatídica noche en Quito, Ecuador.
Pitazo de Facundo Tello que arbitró el compromiso junto a Gabriel Chade, Cristian Navarro y Darío Herrera de Argentina, acompañados desde el VAR por Juan Soto, de Venezuela, y Braulio Machado, de Brasil.
James, por derecha, se vio mejor físicamente que aquellos 17 minutos ante Brasil; corrió a profundidad, fue al choque sin miedo y sirvió para presionar al arquero Antonhy Silva. Relevó a Juan Guillermo Cuadrado por ese sector y buscó juego constante con Muriel y con Borja, quien en los primeros minutos pecó de individualista y tomó malas decisiones.
El 10 se movió con libertad por la mitad del campo, siempre rodeado por el doble cinco de Lerma y Cuéllar y por el lado izquierdo con la velocidad de Díaz.
James cobró todos los tiros de esquina por su sector, a sus pies llegaron los saques largos de David Ospina y con carácter reclamó al árbitro cuando no pitó falta sobre el guajiro en el área. Al minuto 40, y después de una fuerte entrada, se tocó la pierna derecha y caminó con lentitud.
El partido bajó de ritmo en ese momento, tanto que un error de Dávinson después de un saque de banda por poco le cuesta a Colombia el primer gol en contra. Palazo de Almirón.
Al finalizar la primera parte, David y Borja se fueron tras el árbitro a recamar la mano dura que no se vio en el terreno de juego. Así fueron los minutos de James, voluntarioso, con algunos toques de calidad, pero víctima del pobre juego colectivo de Colombia.
A guardarse nada en el segundo tiempo. De entrada tres cambios: Víctor Cantillo, Duván Zapata, Diego Valoyes ingresaron al gramado de Curramba en cambio de Gustavo Cuéllar, Luis Muriel, Miguel Borja. Los nuevos tomaron posición en la cancha, el extremo de Talleres de Argentina se ubicó por la derecha, James pasó al centro y Duván Zapata se puso en punta.
11 minutos y tras una salida de Colombia James le hizo un pase a Diego Valoyes que se fue en velocidad, mientras el 10 quedaba tendido en el piso. Al tiempo, falta sobre Cuadrado que el juez nunca pitó. No faltaron los lujos, Rodríguez girando sobre su propio eje, pasando de taco o borde externo y un remate que estremeció al Metro desde fuera del área, al palo de la mano izquierda de Antony Silva que con sus compañeros quemaron tiempo desde el inicio de la segunda mitad para evitar el desgaste del clima y la humedad.
Con el paso de los minutos, Colombia quedaba debiendo más y más de buen fútbol. El equipo no tocó bien el balón para desordenar rivales tan replegados. No se elaboró juego pese a tener al 10 que lo intentó por todos los lados, pero también se equivocó en la entrega de balón.
Al minuto 80, Reinaldo llamó del banco a Rafael Santos Borré y Cristian Arango, en lugar del 10 y de Jéfferson Lerma. Aunque el aplauso fue sonoro a su salida, la sensación que quedó es que pudo hacer un poco más. No es el salvador, pero sigue siendo el ídolo al que todos ven diferente y en el que confían para lograr los goles que a Colombia le faltan hace cinco juegos. Son 466 minutos sin anotar en el arco rival.