La delegación de Colombia protagonizó uno de los momentos más emotivos de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Con kimono y sombrero vueltiao, la delegación colombiana apareció en el Estadio Olímpico de Tokio.

Colombia estuvo presente en el desfile con sus abanderados: Caterine Ibargüen, deportista de salto triple y Yuberjen Martínez, boxeador de nuestro país. Además harán presencia los atletas Ingrit Valencia, boxeadora, los deportistas de tiro con arco Valentina Acosta y Daniel Pineda, Cristian Salcedo, Jenny Arias, Diego Palomeque, Alexánder Solís y Jhancarlos González.

Como jefe de Misión, Helmut Bellingrodt Wolff, el recordado extirador colombiano, dos veces medallista de plata olímpico en los Juegos de Múnich 1972, en la modalidad de tiro al jabalí y en los Ángeles 1984. Además el subjefe de Misión será Hélder Navarro y los oficiales serán Irma Lucía Ruíz, María Emma Gaviria, José Acevedo y William Peña.

La delegación de nuestro país se destacó entre las 206 por un original atuendo, un kimono azul oscuro con toques dorados.

Al lado derecho con el nombre del patrocinador, y al otro lado la marca del Comité Olímpico colombiano. Los detalles son aún más hermosos, un traje con estampado de flores colombianas y el borde de la bandera de nuestro país. Cada uno de los atletas lleva un sombrero vueltiao una prenda de vestir típica de las sabanas del Caribe colombiano en Córdoba y Sucre, típica de la artesanía de colombiana con su origen en la cultura indígena zenú, asentada en la región del río Sinú.

Cada deportista luce un pantalón azul oscuro y de color blancos son los tenis y la camiseta que tienen debajo del kimono, una prenda tradicional japonesa envuelta en forma de T con mangas cuadradas y un cuerpo rectangular, y se usa con el lado izquierdo envuelto sobre el derecho.

Juegos oficialmente “abiertos”

Tras una larga espera y después de muchas dudas y dificultades, el emperador Naruhito declaró oficialmente “abiertos” los juegos de Tokio-2020, un año después de lo previsto, en una ceremonia sin público en el Estadio Olímpico y con restricciones en el tradicional desfile de los deportistas.

La ceremonia tuvo lugar ante menos de 1.000 personalidades y dirigentes para minimizar los riesgos de la pandemia del covid-19, en un estadio con capacidad para 68.000 personas.

“Declaro abiertos los Juegos de Tokio”, pronunció solemnemente el emperador Naruhito, según la fórmula consagrada para la ocasión, en lo que ya se han bautizado como ‘los Juegos de la Pandemia’.

En su discurso, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Thomas Bach admitió que estos Juegos serán “muy diferentes a lo que todos nosotros hubiésemos podido imaginar”, pero destacó que “hoy es un momento de esperanza”.

Los deportistas, que serán sometidos a diarios a controles anticovid, desfilaron con restricciones: mascarillas, sin poder saltar ni bailar, y abandonando el estadio sin poder quedarse hasta el final de la ceremonia.