Después de lo que significó un inicio inmejorable con victoria frente al vigente campeón, Deportivo Cali tomaba este domingo su segunda salida en la fase de grupos de la Copa Libertadores Femenina. El rival, un Olimpia que venía motivado de vencer en el debut a Always Ready de Bolivia con marcador de 2-0.
Distinto a lo que fue el juego ante Corinthians, que tuvo opciones de lado y lado en los 90 minutos, esta vez las paraguayas optaron por un juego reactivo, dejando que el cuadro verdiblanco tuviera la pelota y las opciones.
A los 17 minutos, el Cali encontró su primera opción clara de gol desde la pelota quieta. Un centro de costado llovió al segundo palo y fue rematado de cabeza por Tatiana Ariza que, a pesar de su experiencia en distintos clubes del FPC, no pudo darle dirección de arco y la estrelló contra el vertical derecho.
La superioridad de las azucareras era evidente, sin embargo, pecaban por la falta de contundencia contra el arco rival, pecado que pagaron caro a los 25′, cuando la juez central decretó penal por mano en el área de Jorelyn Carabalí, siendo esta la única opción de Olimpia en el primer tiempo.
Griselda Garay se encargó de tomar la responsabilidad del cobro y convirtió con un tiro ajustado para el 1-0 que ya era sorprendente a esa altura del partido.
Ese golpe provocó que las jugadoras del Cali cayeran en imprecisiones en zona ofensiva y tuvieran que remitirse al balón parado como única solución a la férrea defensa rival, principal característica de los clubes paraguayos tanto en la rama masculina como femenina. El primer tiempo duró más de lo esperado a raíz de las pérdidas de tiempo de Olimpia, que tuvieron como respuesta la reposición de varios minutos por parte de la terna arbitral.
Remontada verde
Para el segundo tiempo, el trámite continuó siendo el mismo. Cali atacaba y tenía la posesión del balón, mientras Olimpia se replegaba en su campo y buscaba jugar el menor tiempo posible, aferrándose a que el cronómetro siguiera su rumbo con el cero en su portería.
Pero la muralla solo aguantó 51 minutos y se rompió gracias a un autogol de Camila Barbosa. Un balón largo, con destino a Ingrid Guerra, fue desviado en el camino por la defensora rival, que descolocó a su portera y decretó entonces el 1-1, a falta de casi toda la parte complementaria por delante.
El dato curioso del partido es que el desgaste de Olimpia fue tanto que varias de sus jugadoras tuvieron que acercarse al banquillo para recibir oxígeno de una pipeta, azotadas por la altura del estadio Pozo Ripalda de Quito.
Cali apretó el acelerador en los minutos finales, pero se encontró con otro obstáculo en el camino, debido a la expulsión de Carabalí por doble amarilla. La defensora central se barrió en la mitad de la cancha para evitar un avance y, aunque tocó pelota, la árbitra Carvajal tomó la decisión de amonestarla y, por consecuencia, mostrarle la roja.
Lejos de ser un problema, las azucareras se fortalecieron en la jugada siguiente y recuperaron una pelota en campo rival. Bahr la robó en la línea y a lo lejos vio la carrera de Ariza, que eludió a la única defensora restante y, antes de encontrarse con la guardameta, definió por debajo de las piernas para el 2-1.
Este tanto, tan sufrido por el trámite del partido, provocó un estallido en el banquillo caleño, donde el técnico John Alber Ortíz fue el gran protagonista. Tal fue su emoción que gritó a todo pulmón el gol, llevándose una tarjeta amarilla, que le importó poco al ver, ya que, con este triunfo, llegan a 6 puntos y están clasificadas a la próxima ronda.