Juan Fernando QUintero fue testigo de lujo de la clasificación de River PLate a su segunda final consecutiva de Copa Libertadores. El colombiano no jugó pero podrá ser una pieza fundamental en el partido definitivo. Los boquenses ganaron 1-0 con gol del venezolano Jan Hurtado a los 80 minutos  en el estadio La Bombonera de Buenos Aires, por la vuelta de la semifinal del torneo continental. Pero como en la ida River se había impuesto 2-0, el equipo de Marcelo Gallardo jugará la final única el 23 de noviembre, por ahora en Santiago de Chile. La Conmebol ha dicho que sigue de cerca el estallido social que ha dejado 15 muertos en ese país.

“Somos un equipo que sabe jugar en condiciones adversas cuando hoy no podíamos desarrollar nuestras condiciones y teníamos que luchar”, dijo Gallardo. “Para llegar a una final de Copa Libertadores también tenés que saber sufrir”. El entrenador se agigantó como bestia negra de Boca. Desde que asumió en 2014, le ganó todas las series de eliminación directa en torneos internacionales: Copa Sudamericana de ese año, octavos de final de la Libertadores de 2015 y la histórica final de Libertadores jugada en diciembre pasado. A nivel local también lo venció en la final de la Supercopa Argentina. “Me saco el sombrero por este grupo de jugadores que tienen hambre de seguir ganando y otra vez estamos en una final”, destacó el “Muñeco”. Los boquenses se habían tomado el reencuentro con River este año como la oportunidad de sacarse la espina de la más reciente final jugada en Madrid. Pero volvieron a morder el polvo ante un rival que le saca varios cuerpos de ventaja en juego colectivo. En realidad, River justificó su condición de finalista más por lo que había producido en el primer duelo jugado el 1 de octubre que la actuación del martes. “Merecíamos haber llegado a los penales”, apuntó el técnico de Boca, Gustavo Alfaro. “Lo buscamos en todo momento, asumiendo los riesgos y nos queda esa sensación de injusticia por el resultado”.

Alfaro puso en duda su continuidad, pese a que Boca es co-líder de la liga local junto a Argentinos Juniors. El contrato del entrenador concluye en diciembre. “Quiero terminar con estos jugadores los partidos que nos faltan de la mejor manera posible y después irme a mi casa y recuperar mi vida", sentenció. Con su equipo obligado a revertir el marcador global, la hinchada de Boca les dio un estruendoso recibimiento a los jugadores, agitando globos azules y amarillos y lanzando miles de papelitos blancos que demoraron el inicio del partido para retirarlos del campo de juego. Boca apeló al artilugio de la pelota parada a través de los tiros libres (tuvo casi una decena) como único recurso para dañar al monarca del continente. A los 9 minutos uno de ellos tuvo como receptor al delantero Ramón Ábila, que definió de zurda desviado. También tras otra falta, Eduardo Salvio cantó gol pero el árbitro brasileño Wilton Sampaio lo anuló por mano previa de su compañero Emanuel Más. Antes del descanso, el local casi abre el marcador cuando en un tiro de esquina el volante millonario Enzo Pérez falló en el despeje y casi mete el balón contra su propia valla, pero el arquero Franco Armani fue rápido de reflejos y evitó el gol. Sin la voracidad ofensiva que lo caracteriza, River daba igual la sensación de tener el partido bajo control hasta que a diez minutos del final Boca le puso pimienta a la serie con el gol de Hurtado, que se originó en un tiro libre desde la derecha. El zaguero Lisandro López se elevó más que el resto y la bajó para que el venezolano la empujara a la red. Fue ahí que el actual monarca sacó a relucir su temple para aguantar la ventaja en el marcador global.

“La sensación es de tristeza, pero el equipo dejó todo dentro de la cancha. Dimos todo, no hay reproches”, reconoció el capitán de Boca, Carlos Tevez. En la previa mucho se había especulado sobre posibles hechos de violencia teniendo en cuenta el antecedente de la final de 2018, que debió mudarse a Madrid luego que un grupo de fanáticos atacaron al plantel de Boca cuando llegaba en autobús al estadio Monumental de River antes de jugar la revancha. Este martes no se produjeron incidentes. “Debería ser algo natural que suceda, se vivió de una manera sin episodios que lamentar y eso después de la experiencia vivida anteriormente y el daño que nos hicimos como sociedad hay que reconocerlo”, destacó Gallardo. Los millonarios buscarán la quinta Libertadores de su historia tras las obtenidas en 1986, 1996, 2015 y 2018. El otro finalista saldrá del cruce el miércoles entre Flamengo y Gremio, ambos de Brasil. Empataron 1-1 en el primer partido.