Una de las noticias más impactantes en los últimos meses fue la captura del exfutbolista Anthony de Ávila, quien fue capturado por narcotráfico en Italia. Desde ese entonces, pocos detalles se han conocido de lo que va del caso, pues tanto él, como su abogado Fabrizio Di Maio, han hablado poco con la prensa.
En esta ocasión, en charla con el portal Stylo 24, el jurista explicó los detalles del caso de su cliente reiterando que De Ávila viajaba a Italia por asuntos de trabajo. “Los viajes de Anthony a Italia fueron y siempre han sido fruto del trabajo, ya que después de dejar de jugar al fútbol se dedicó a nutrir a los jóvenes jugadores colombianos, darles consejos y ayudarlos a encontrar equipos que pudieran creer en ellos”, manifestó en un principio.
En cuanto a la salud del exjugador y en lo que va su caso, Di Maio fue sincero. “Se encuentra bien de salud, en la cárcel de Poggioreale ha firmado algunos autógrafos, ya que tiene una buena relación con los otros presos”, dijo el abogado. Contó además que el ‘Pitufo’ mandó un saludo especial a todos sus seguidores.
“Él (Anthony de Ávila) tiene fe en la justicia y es consciente de que se deben respetar los plazos para cualquier movimiento en la defensa de su proceso”, culminó Di Maio.
“Lavandería”
En Colombia, que según la ONU produjo 1.228 toneladas de esa droga en 2020, las ganancias de los negocios ilegales han penetrado al balompié, las campañas electorales, el mundo ecuestre y los reinados de belleza.
En los años 80 y 90, cuando los clubes colombianos tuvieron destacadas participaciones a nivel continental, “solo un equipo estaba excluido de tener entre sus socios personas (...) que estaban investigadas por manejo irregular de dólares”, explica a la AFP Ignacio Gómez, coautor del libro Los amos del juego.
Tener un equipo “era un activo” para algunos capos y una herramienta de popularidad para otros, agrega el periodista, cuya investigación develó la relación entre la mafia y ese deporte. “Era una lavandería natural” de recursos en un mercado que mueve grandes sumas de dinero.
El equipo de los amores del “Pitufo” de Ávila, América de Cali, fue incluido en 1999 en la Lista Clinton, elaborada por Estados Unidos para señalar a empresas relacionadas con el narcotráfico. Y no solo los clubes han terminado implicados.
Jhon Viáfara, campeón de la Copa Libertadores con el Once Caldas en 2004, paga condena en una prisión estadounidense desde 2020. Es señalado de formar parte de una red trasnacional relacionada con el Clan del Golfo, la mayor banda narco del país.
El año pasado, el exjugador del Real Madrid Edwin Congo salió salpicado en un operativo de la Policía española para incautar una tonelada de cocaína.
Los exinternacionales Freddy Rincón, Diego León Osorio, Luis Alfonso ‘Bendito’ Fajardo y Wilson Pérez también tuvieron líos similares por lavado de activos y narcotráfico.
Dedicatoria
El veloz “Pitufo” jugó para el América entre 1982 y 1996, la época más gloriosa de ‘La Mechita’, que disputó tres finales consecutivas de la Copa Libertadores (1985, 86 y 87).
La era dorada coincidió con la influencia en la junta directiva de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, jefes del Cartel de Cali capturados en los años 1990 y condenados en Estados Unidos por narcotráfico.
Esa organización llegó a ser la principal expendedora de cocaína del mundo después de la muerte de Pablo Escobar, capo del Cartel de Medellín y su enemigo acérrimo, en 1993.
Durante la confrontación, “el Cartel de Cali empezó a hacer una bolsa importante de jugadores y el Cartel de Medellín otra”, agrega Gómez.
En 1997, durante las eliminatorias al Mundial de Francia 98, De Ávila le dio a la Selección Colombia una victoria 1-0 ante Ecuador que encaminó la posterior clasificación.