El serbio Novak Djokovic conquistó por primera vez en su carrera la medalla de oro del tenis olímpico, al vencer al español Carlos Alcaraz este domingo en una electrizante final en Roland Garros.
A sus 37 años y con el récord de 24 Grand Slam en la espalda, Djokovic obtuvo el triunfo en dos parciales de 7-6 (7/3) y 7-6 (7/2) tras casi dos décadas de intentos por colgarse el único gran título que faltaba en su palmarés, la medalla de oro olímpica.
Casi tres horas de un intenso partido disputado al más alto nivel, el serbio dejó saltar su emoción para celebrar su logro tan ansiado. Enfrente, Alcaraz lloró por la amargura de la derrota, pese a darle a España una medalla de plata.
“Fue una increíble batalla (...) estoy en shock”, dijo Djokovic, unos minutos después de cerrar el duelo.
Antes, y sin poder dejar de llorar, Alcaraz soltó: “Es complicado, hemos luchado”, pero es “muy duro” perder de esta manera.
La Philippe Chatrier recibió colmada y bajo el sol la gran final. Djokovic, número dos del mundo y máximo ganador de Grand Slam con 24 títulos, frente al número tres de la ATP y ganador de 4 grandes a sus 21 años, incluidos este año Roland Garros y Wimbledon.
Cada juego respondió a las expectativas, con ambos dando sus mejores golpes y salvando oportunidades de quiebre en el primer set hasta el 4-4.
Bolas imposibles de Djokovic, respuestas más difíciles de explicar de su joven rival y juegos eternos.
En el primer tie-break, ‘Nole’ puso toda su experiencia al servicio de un 7-6 que lo acercaba al oro.
Alcaraz sintió el impacto de perder el primer set y mostró titubeos en el arranque del segundo parcial. Djokovic, operado de la rodilla derecha en junio, confirmó que en París sí estaba para disputar de igual a igual ante el español y no como en la final de Wimbledon, donde fue vapuleado por el de Murcia.
Sin embargo, el español puso ‘garra’ y tenis para ponerse 6-5, pero el serbio tenía otros planes y aguantó el saque para definir una vez más el parcial en desempate y llevarse el partido.
París-2024 pasará a la historia como la competencia en la que Djokovic torció su suerte en Juegos Olímpicos y se colgó el oro envuelto en lágrimas por ponerle la cereza al pastel de su impresionante carrera.
Un guerrero insaciable
“El mayor desafío”, la final olímpica, dijo Novak el viernes, dos días antes de colgarse el oro, que estuvo cerca de conquistar en Pekín-2008, donde finalmente fue bronce.
A sus 37 años, y sometiendo a tenistas como Alcaraz, a los que casi dobla en edad, el serbio resiste y mira la jubilación como algo todavía lejano.
Su receta: creer en su potencial y darlo todo para alcanzar sus sueños.
“Siento que tuve el poder de crear mi propio destino (...) lo creo y lo siento con cada célula de mi cuerpo. Vive el presente, olvídate del pasado. Si quieres un futuro mejor, crealo tú”, repite el serbio, cuya infancia estuvo marcada por las guerras en su país en la década de 1990.
Djokovic, que dejó Belgrado durante los bombardeos de la Otan para entrenar en Múnich a los 12 años, ganó el primero de sus 24 Grand Slam en 2008 en Australia.
Y esperó tres años para sumar su segundo gran título.
Sometido a una preparación física exigente, su físico se transformó en aspecto vital de su juego.
Su dieta libre de gluten también es parte de la ecuación que le permitieron ganar en 2011 el Abierto de Australia, Wimbledon y el US Open. Ese año se adueñó del número uno del mundo por primera vez, dejando atrás a sus dos archirrivales por casi dos décadas, Nadal y Federer.
En su palmarés figuran 10 coronas del Abierto de Australia, siete de Wimbledon, tres de Roland Garros y cuatro del US Open, además de los récords de títulos Masters-1000 y mayor cantidad de semanas en la cima de la ATP.
Con Federer retirado y Nadal entre lesiones y dudando sobre si seguir o colgar la raqueta, Djokovic sigue hambriento.
*Con información de la AFP.