Atlético Junior sufrió el fracaso más duro de su historia frente a Atlético Paranaense en la final de la Copa Sudamericana. El conjunto barranquillero falló dos penales en los dos partidos de la final y no pudo lograr su primer título internacional. El partido de vuelta terminó 1 a 1 y la serie 2 a 2 por lo que se necesitó definición desde los 11 metros, en los que también les faltó punteria. En el partido en Brasil tuvo la posibilidad inmejorable de irse arriba en el marcador cuando transcurría el minuto 111- el partido se fue a tiempos suplementarios- pero Jarlan Barrera falló lejos del arco. Le recomendamos: Chiflado y goleado, Real Madrid pasa su peor momento antes del Mundial de Clubes En el arranque del partido, el equipo colombiano fue cauto y le apostó a un planteamiento seguro y sin brindar espacios, mientras se asentaba en la cancha. El envión inicial de los locales se vio frenado por un Junior bien parado que prefería establecer un cerco en su arco, antes de desplegar jugadores en ataque. A pesar de que en comienzo esta estrategia funcionó seguía siendo peligrosa porque el artillero Felipe se ubicaba cerca de la portería defendida por Sebastián Viera. El 5 del equipo brasileño hizo un excelente desmarque en el minuto 27 y definió mejor ante la salida del arquero uruguayo dándole la ventaja a su equipo, que pese a haber dominado la pelota no merecía irse arriba en el marcador.
A partir del gol de los de Curitiba, el conjunto de la arenosa asumió el dominio del partido y con sus talentosos jugadores en ataque se apoderó de la pelota y generó acciones de peligro en el Estádio Joaquim Américo Guimarães. Pese a que fue el dueño de lo que restaba de la primera parte fue el equipo colombiano no logró marcar pero se fue con buenas sensaciones al descanso del medio tiempo. En los cinco minutos iniciales vino una nueva arremetida del equipo rojinegro pero duró poco y el conjunto barranquillero retomó el control del partido con la batuta de Jarlan Barrera, quien fue el socio de todos y con su gran visión de campo abrió los caminos de su equipo. En el minuto 53 se aplicó la regla no escrita del fútbol que dice que doble cabezazo en el área es gol. Tras un cobro de tiro de esquina, Jefferson Gómez peinó la pelota y un ligero toque de Teófilo Gutiérrez fue suficiente para desacomodar al arquero Santos y lograr el empate del partido y la serie.
El gol de los colombianos cayó como un baldado de agua fría para los brasileños que se descolocaron en el campo y dieron espacios, un pecado capital con un equipo de la calidad del Junior. La velocidad de Luis Díaz y Yony González fue un dolor de cabeza para el Paranaense que se salvó en repetidas ocasiones por la falta de definición de los delanteros del Junior y por las intervenciones del portero Santos. Puede leer: Juan Román Riquelme le restó méritos al golazo de Juan Fernando Quintero A pesar de que generó varias oportunidades de gol, el rojiblanco no pudo marcar el segundo y la definición del campeón iba a necesitar de dos tiempos suplementarios, al igual que había pasado en la final de la Copa Libertadores. En el tiempo de adición los dos equipos lo intentaron pero no arriesgaron teniendo en cuenta que ya había desgaste de los 90 minutos previos, en los que se jugó con gran intensidad. Pero apareció la genialidad de Teófilo Gutiérrez que filtró un pase para Yony González en la que quedó solo con el portero, que no tuvo otra alternativa que derribar al colombiano en el área por lo que el árbitro chileno Roberto Tovar decretó la falta y el penal. El encargado del cobro fue Jarlan Barrera, que no resistió la presión de tener la oportunidad de darle el primer título internacional al Junior y su cobró ni siquiera estuvo entre los tres palos.
Este fue el segundo penal que erró el conjunto de Barranquilla en la final. En el partido de ida, que había terminado 1 a 1, Rafael Pérez también había desperdiciado un cobro desde los 11 metros. Jarlan salió del partido entre lágrimas por haber fallado esta oportunidad única.
En los minutos restantes se acabaron las energías de ambos equipos y todo estaba dado para la definición del título por medio de penales. En la definición final la punteria les volvió a fallar a los barranquilleros que erraron 2 de sus 5 disparos y los brasileños se quedaron con el título. En el año, el Junior falló 7 de 8 penales a su favor, una cifra lapidaría para un equipo que quiere lograr grandes cosas. El equipo de la arenosa deberá recuperarse de este duro golpe antes del próximo domingo cuando dispute el segundo partido de la final de la Liga Águila. Junior tiene la ventaja después de haber ganado el primer encuentro por 4 a 1 en el estadio Metropolitano.