La recta final de los cuadrangulares se encuentra al rojo vivo y por eso ningún equipo quiere perder puntos, mucho menos en casa, como le pasó a Millonarios el pasado miércoles en El Campín. Para los dirigidos por Alberto Gamero, el duelo ante Junior se convirtió en una verdadera odisea por el juego fuerte y la cantidad de minutos que, en su concepto, se perdieron deliberadamente por los jugadores del elenco rival.

En rueda de prensa, la discusión giró en torno a las decisiones arbitrales de Alexander Ospina y una actitud antideportiva que fue denunciada por los futbolistas albiazules en cabeza del defensor bogotano Andrés Llinás. “Claramente queremos ganar de local y cuando no ganamos no estamos felices, pero también es muy difícil tratar de jugar y meterle intensidad al partido si el árbitro es él mismo que deja que quemen tiempo”, lanzó sin titubeos.

“De cada 5 minutos, parábamos 2. Es muy difícil mantenerse caliente y estar en ritmo si no vamos a poder jugar más de 5 minutos seguidos”, comentó Llinás visiblemente molesto con el planteamiento de Juan Cruz Real, técnico del conjunto rojiblanco, que, a su modo, se defendió de las críticas ante los micrófonos.

El argentino indicó que su intención era salir a buscar el resultado, pero el rival los obligó a cambiar el plan porque “tiene un buen entrenador y buenos jugadores”. Respecto a la pérdida de tiempo, recordó que “en Barranquilla, muchas veces se tiran al piso porque hace 95 % de humedad y 40 grados de calor, pero no decimos nada. Nunca me escuchaste decir a mí en una rueda de prensa que se tiran al piso”.

50 minutos de juego efectivo

El debate se trasladó a las redes sociales y los programas de opinión, donde Junior fue el gran objetivo de las críticas. Antonio Casale, comentarista deportivo declarado hincha de Millonarios, publicó en su cuenta de Twitter que el “tiempo efectivo de juego en Bogotá fue de 38 minutos”, dato que aumentó aún más la polémica, pues el promedio de minutos jugados realmente en un partido del FPC supera los 50 minutos.

Ante las dudas sobre el dato real de tiempo jugado entre azules y rojiblancos, la Dimayor salió a dar la cara este viernes con una serie de gráficas que muestran una tendencia similar de lo que se perdió el miércoles a lo que se ha perdido a lo largo del torneo. El Millonarios-Junior sí fue el partido en el que menos se jugó (50 minutos y 23 segundos), pero tampoco está muy alejado de lo que fue el otro partido de su cuadrangular y los dos del grupo B.

Eso sí, hay que puntualizar que en el ranking de tiempo efectivo de juego en estos cuadrangulares Junior sí está en el último escalón, lo que permite concluir que, específicamente en sus partidos sí se pierde mucho tiempo entre faltas, ingreso del cuerpo médico, decisiones arbitrales y otros momentos del partido como los cambios o la reactivación del juego desde el lateral y el saque de puerta.

Otro de los datos a destacar es la comparación entre el partido de los mismos equipos el sábado en el Metropolitano con el del miércoles en El Campín. De acuerdo a las gráficas que entrega Dimayor fecha a fecha, en Barranquilla (Junior 2-1 Millonarios, fecha 3) se jugaron 50:30 de tiempo efectivo, solo 7 segundos de diferencia con los 50:23 que se disputaron en Bogotá (Millonarios 0-0 Junior, fecha 4).

Lejos de marcar una distancia demasiado grande entre ambos partidos, esta comparación demuestra que es un mal común entre los 20 equipos de la Liga BetPlay y debe encontrarse una solución en conjunto para todos, sin señalar un caso en específico como el Junior de Juan Cruz Real.