Portugal tuvo que llegar a penales el lunes en Fráncfort para imponerse a la solidez defensiva de Eslovenia y alcanzar los cuartos de final de la Eurocopa-2024, en los que se medirá a Francia, reeditando la final de 2016.
Tras llegar con 0-0 al término de la prórroga, el guardameta Diogo Costa se erigió como el héroe de los suyos con tres atajadas en los primeros tres disparos de Eslovenia, que se queda a las puertas de alcanzar los cuartos de final por primera vez en su historia.
El guardameta del Oporto, nombrado Jugador del Partido por la Uefa, solventó una situación que se le había complicado mucho a la Seleçao, luego de que Jan Oblak salvase en la prórroga un penal de Cristiano Ronaldo (105).
Las lágrimas del astro de 39 años tras esa acción ilustraban a la perfección su desesperación, tras varios disparos desviados y otros solventados por Oblak.
Desde el inicio del partido, Ronaldo buscó una y otra vez el gol, con remates de cabeza (32), con libres directos (34, 38, 55 y 72) y hasta con un cara a cara (89) pero el penal atajado fue la gota que colmó el vaso de sus nervios acumulados ante la falta de gol de los suyos.
La desesperación de Ronaldo era compartida por sus compañeros, que pese a un continuo asalto se chocaban una y otra vez contra el bloque defensivo de Eslovenia, muy bien plantado y reactivo.
Mientras, los eslovenos elegían a cuentagotas las ocasiones en las que subir a buscar el gol, conscientes de que su plan de partido se basaba en la solidez atrás.
Luego de haberse tomado las medidas mutuamente las medidas durante los primeros 45 minutos, Eslovenia comenzó a estirarse más, con llegadas rápidas que no se transformaban en peligro en los metros finales, a la imagen de un tiro demasiado inocente de Benjamin Sesko (62), que cierra un errático torneo sin haber marcado gol.
Pese al paso hacia delante de Eslovenia, los lusos seguían fieles a su plan de asalto, acumulando posesiones en los alrededores del área rival, pero sin encontrar la grieta en la montaña defensiva eslovena en los noventa minutos reglamentarios, aunque contó con una ocasión dorada para hacerlo en la primera mitad de la prórroga.
Diogo Jota se adentró en el área atrayendo sobre sí a cuatro defensas, y recibiendo una entrada de Vanja Drkusić, sancionada con penal (103).
El fondo de aficionados portugués celebró la decisión arbitral con euforia y los ruidosos eslovenos perdieron la voz, mientras las cámaras buscaban a Cristiano Ronaldo, todo un experto en este tipo de acciones.
Y, en el enésimo cara a cara entre el astro y Oblak, el guardameta se tiró con convicción y fuerza hacia su izquierda, adivinando el lado y salvando una vez más a los suyos.
Entre lágrimas, CR7 tuvo que recomponerse para los quince minutos finales, en los que apareció su compañero Diogo Costa bajo los palos para anular a Sesko (115), en la mejor ocasión de Eslovenia para dar el sorpasso.
Al contrario, esa acción llenó de confianza a Diogo Costa, que se creció y se lanzó hacia el lado correcto en los tres primeros disparos, con auténticos paradones contra Josip Iličić, Jure Balković y Benjamin Verbić.
No perdonaron Bruno Fernandes, Bernardo Silva ni Ronaldo, autor del primer gol de la tanda tras el que pidió perdón a sus aficionados mientras estos coreaban su nombre.
Tras el susto, la Seleçao se medirá el próximo 5 de julio a Francia en Hamburgo por un boleto en semifinales, una reedición de la final en 2016 ganada por los lusos.
*Con información de la AFP.