La violencia en el fútbol colombiano sigue siendo una constante en los distintos equipos. La gran problemática que empaña al balompié nacional sigue creciendo en gran medida, siendo incluso los protagonistas del espectáculo los grandes afectados. Bajo este panorama, en las últimas horas el máximo accionista del cuadro de Águilas Doradas, Fernando Salazar, denunció amenazas de muerte en su contra, un hecho que generó gran consternación.

Según contó a SEMANA, el empresario recibió dos cartas que contenían dos balas de fusil pegadas a unas palabras desafiantes a su vida. “En la madrugada del domingo fueron dejadas dos cartas amenazantes que tenían pegados dos proyectiles de arma de fuego en mi residencia”, contó Salazar.

Fernando Salazar, directivo de Águilas Doradas. | Foto: Águilas Doradas.

En las cartas conocidas por este medio, se pueden leer duras palabras contra el directivo, que ya hizo la respectiva denuncia ante las autoridades correspondientes: “Se cree muy chimba porque tiene plata, por eso se va a morir”, dice una parte del texto.

“Nosotros no queremos plata, queremos que nos pague con ese niervo de vida que tiene”, se agrega en otra parte de la carta. “Nadie lo va a poder salvar de la lluvia de bala que se le viene”.

Carta en contra de Fernando Salazar. | Foto: Fernando Salazar

Sus polémicas en el FPC

El empresario y accionista de Águilas Doradas, en múltiples ocasiones, ha estado en el ojo de la polémica por su actuar en distintos partidos de la Liga colombiana. En un juego contra Envigado, el mismo técnico del equipo naranja denunció que el dirigente intentó agredir a uno de los encargados de logística del estadio Polideportivo Sur.

“El dueño de Águilas sale a tratar a todo el mundo como una persona maleducada. No les puedo decir lo que dijo porque me da pena. Muchas veces ha hecho lo mismo. Fue irrespetuoso e iba a agredir a uno de los de logística porque no lo dejó entrar a reclamarle al árbitro. También cogió a madrazos a nuestro jefe de seguridad. Los de Win invierten mucha plata para transmitir recreación a un pueblo que lo necesita. No patrocinemos la violencia. No quiero ganarme un enemigo, pero espero que Dimayor lo sancione”, dijo el DT de Envigado, Alberto Suárez.

En otra oportunidad, cuando su equipo jugó con Once Caldas de Manizales, Salazar ingresó al VAR a reclamar por un gol que le anuló a Marco Pérez y que hubiera significado la victoria para las águilas. El máximo accionista irrumpió violentamente a la cabina, insultó a los jueces y, en medio de su ataque de furia, destruyó el aire acondicionado.

El jugador del DIM y el presidente de Águilas Doradas habían tenido un fuerte cruce. | Foto: Collage Semana

Por otro lado, en el juego entre Medellín y el equipo del oriente que ganó el poderoso 2 a 1, la noticia fue la grave denuncia del defensa central y capitán Andrés Cadavid, quien grabó un video mientras volvía del estadio a su casa en Bello y en el que acusó a Fernando Salazar, máximo accionista de Águilas Doradas de Rionegro, de amenazarlo después del compromiso en el Atanasio Girardot.

“¿Hasta cuando vamos a dejar que ese señor de Fernando Salazar nos quiera bravear, hermano? ¿Hasta cuándo?”, inició el video en sus redes oficiales.

Además del cruce de palabras, la denuncia se agudizó. Cadavid asegura que el escolta de Salazar buscó su arma de fuego en medio de la discusión.

“Que va a venir a amenazar después de los partidos y el escolta dizque sacando pistola, que yendo a la camioneta. No, papito, aquí no. Se está equivocando, papi, se cree bandido o qué se cree en esta época, hermano. Así no es, fútbol en paz, mi hermano. Ya a nadie se le arruga, quién se cree ese bobo. Se cree en la época de Pablo”, agregó.

En redes sociales un video se hizo viral en el que Salazar insulta a diestra y siniestra tanto a los jugadores como a los jueces del compromiso que se disputó en el Atanasio durante la cuarta fecha de cuadrangulares.

“Sinvergüenzas, hijueputas. Ese perro hijueputa y malparido. Comisario, haga su trabajo. Su hp trabajo bien hecho”, se escuchan claros los gritos de Fernando Salazar.