El Australian Open incluyó este jueves a Novak Djokovic en el cuadro del torneo, aunque la participación del número uno mundial, susceptible de ser expulsado del país por no estar vacunado, es todavía incierta. El desenlace de la saga del jugador serbio, que consiguió anular en la justicia su deportación del país por incumplir la normativa covid, depende del ministro de Inmigración, Alex Hawke, que sopesa desde hace días anular nuevamente su visado.

Medios australianos indican que la decisión debería ser inminente, aunque el primer ministro Scott Morrison afirmó que la posición de Hawke “no ha cambiado” y sigue analizando la cuestión del tenista de 34 años.

Mientras, el primer Grand Slam del año trata de seguir con el calendario. Así, aunque con más de una hora de retraso que los organizadores no justificaron, se celebró el sorteo del cuadro con la inclusión de Djokovic.

Primer cabeza de serie, el serbio quedó emparejado con su compatriota Miomir Kecmanovic. Por su parte, el español Rafael Nadal, sexto cabeza de serie tras meses de ausencia del circuito por lesión, se enfrentará en primera ronda al estadounidense Marcos Giron.

Los dos astros, empatados a 20 Grand Slams junto al suizo Roger Federer, competirán en Melbourne para hacerse con el número 21 en su carrera, un récord histórico en el tenis masculino. Sus caminos no se cruzarán hasta una eventual semifinal.

Además, el argentino Diego Schwartzman se enfrentará al serbio Filip Krajinovic, el chileno Christian Garín al argentino Facundo Bagnis y el español Roberto Bautista al italiano Stefano Travaglia. Su compatriota Pablo Carreño espera rival de la ronda previa.

En el cuadro femenino, la número uno mundial Ashleigh Barty también se enfrentará con una jugadora de las clasificatorias y la hispanovenezolana Garbiñe Muguruza, flamante ganadora del Masters WTA, se medirá a la joven francesa Clara Burel.

“Errores”

Hasta ahora, la vertiente deportiva se vio eclipsada por el culebrón de Novak Djokovic, ganador de nueve títulos en Melbourne, incluidas las tres últimas ediciones. El tenista llegó la semana pasada a Australia con una exención médica otorgada por los organizadores del torneo porque dio positivo al covid-19 el 16 de diciembre.

Agentes fronterizos anularon la visa al entender que una infección reciente no eximía de la obligación de estar vacunado y lo enviaron a un centro de detención de migrantes en Melbourne. Pero su equipo de abogados logró que un juez revirtiera la decisión el lunes por un error de procedimiento durante su interrogatorio en el aeropuerto de Melbourne.

Desde entonces la pelota está en el tejado del ministro de Inmigración, que considera su expulsión mientras no dejan de aparecer nuevas informaciones sobre el caso. El jugador admitió el jueves “errores” tanto en su declaración de viaje presentada a las autoridades australianas, que habría rellenado su agente, y en su actitud tras conocer su positivo de covid-19 en diciembre, acudiendo a una entrevista con un periodista del diario deportivo L’Equipe.

“Esto fue un error de criterio y acepto que debí reprogramar este compromiso”, admitió en un comunicado en Instagram.

¿Decisión inminente?

El diario Sydney Morning Herald asegura que la decisión debe llegar este jueves. El Melbourne Herald Sun cita a un responsable del gobierno conservador no identificado que considera que permitir la estancia a Djokovic sentaría un precedente peligroso.

Para esta fuente, el ejecutivo debe actuar sin considerar cualquier “reacción negativa” internacional, porque la anulación del visado se enmarcaría en los esfuerzos desplegados por Australia durante meses para luchar contra el virus.

A cuatro meses de unas elecciones generales, la batalla jurídica tiene consecuencias políticas en este país que conoció las restricciones más estrictas del planeta durante la pandemia, restringiendo incluso la entrada a sus ciudadanos.

“La política australiana es no autorizar la entrada en su territorio de personas no vacunadas. Cómo hemos llegado aquí supera mi entendimiento”, declaró el jueves el jefe de la oposición laborista, Anthony Albanese.

Además, el escándalo llega en medio de un fuerte repunte de la epidemia que llevó al gobierno del estado de Victoria, donde se encuentra Melbourne, a limitar al 50% el aforo permitido durante la celebración del Grand Slam.

Con información de la AFP.