El fútbol americano en Estados Unidos es uno de los deportes más famosos que existen y en el cual las personas desde temprana edad empiezan a practicarlo de manera aficionada o con el objetivo de poder en un futuro realizarlo de manera profesional en las diferentes franquicias que existen y compiten en la National Football League (NFL) máxima división de este deporte que anualmente deja ver el reconocido Superbowl que es observado por millones de personas alrededor del mundo.

Este deporte de contacto se practica en más de 70 países, siendo el país norteamericano el lugar donde con más pasión y euforia se vive este deporte, sin embargo, al ser una práctica de alto contacto, los jugadores están expuestos a sufrir graves lesiones no solamente a corto plazo, sino también generar daños que podrían afectar a las personas con el pasar de los años.

El corredor de los New Orleans Saints, Alvin Kamara (41), salta mientras realiza una jugada de pase de touchdown de 52 yardas en la segunda mitad de un partido de fútbol americano de la NFL contra los Green Bay Packers en Nueva Orleans, el domingo 27 de septiembre de 2020. (Foto AP / Brett Duke) | Foto: AP

Recientemente, se ha generado gran controversia por las lesiones cerebrales que han sufrido los deportistas y cerca de 100.000 jugadores ya retirados han realizado diferentes demandas en contra de la NFL, solicitando una reparación de daños, argumentando que nunca fueron advertidos de los peligros por traumas, conmociones y demás daños irreparables en los jugadores.

Sumado a esto, una investigación liderada por la el Centro CTE de la Universidad de Boston, Estados Unidos, reveló que existe una relación entre la probabilidad de desarrollar Parkinson entre las personas que estuvieron jugando fútbol americano. Los profesionales o aficionados resultaron con 2.93 más probabilidades de padecer esta enfermedad, que según describe el portal Mayo Clinic es un “trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios. Los síntomas aparecen lentamente. El primero puede ser un temblor apenas perceptible en una sola mano.”

SEATTLE, WASHINGTON - 21 DE NOVIEMBRE: Alex Collins #41 de los Seattle Seahawks corre el balón para un touchdown durante el último cuarto contra los Arizona Cardinals en el Lumen Field el 21 de noviembre de 2021 en Seattle, Washington. Abbie Parr/Getty Images/AFP (Foto de Abbie Parr/GETTY IMAGES NORTH AMERICA/Getty Images vía AFP) | Foto: 2021 Getty Images

Los científicos revelaron que quienes presentan una historia relacionada con este deporte tienen un 61 % más de probabilidad de ser diagnosticados con Parkinson, por lo que es importante que las personas detecten los primeros síntomas para que así su tratamiento sea más efectivo.

Además, otro deporte que aumentaría las probabilidades es el boxeo, que desde los 20 años podría estar afectando al sistema nervioso y al cerebro.

Juegos Olímpicos de Tokio 2020 - Boxeo - Peso mediano femenino - Semifinal - Kokugikan Arena - Tokio, Japón - 6 de agosto de 2021. Nouchka Fontijn de los Países Bajos en acción contra Lauren Price de Gran Bretaña. Foto REUTERS / Ueslei Marcelino | Foto: Reuters

Este aumento entre los deportistas se debe a la cantidad de golpes que reciben en la cabeza, sumado a la intensidad que pueden terminar en complicaciones neurológicas a futuro, como la encefalopatía traumática crónica (ETC).

En el estudio hicieron parte 1.875 deportistas, de los cuales 729 practicaban futbol americano, mientras que el resto realizaban otros deportes, revelando también que entre más extensa sea su trayectoria y su intensidad sea más alta, tendrán más riesgos de ser diagnosticados con esta enfermedad.

A pesar de que la edad de inicio en la práctica de fútbol no está relacionada con el aumento de las probabilidades, los futbolistas universitarios y profesionales tienden a sufrir más problemas relacionados con el Parkinson o parkinsonismo a comparación de los que jugaron en niveles escolares o aficionado.

El mariscal de campo de los New England Patriots, Tom Brady, observa a los New York Giants celebrar su sorpresiva victoria al final del partido de fútbol americano Super Bowl XLII de la NFL en Glendale, Arizona, el 3 de febrero de 2008. Los Gigantes vencieron a los invictos Patriots, 17-14. REUTERS/Shaun Best | Foto: Semana

El líder de esta investigación, Michael Alosco, profesor asociado de neurología en la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston, aseguró que: “Jugar al fútbol podría ser un factor de riesgo para el Parkinson, especialmente en personas ya propensas debido a otros factores, como antecedentes familiares. No obstante, las razones de esta relación no están claras y es importante notar que no todos los jugadores de fútbol americano desarrollarán condiciones neurológicas en el futuro, lo que sugiere la existencia de otros factores de riesgo”.

El receptor abierto de los Baltimore Ravens, Miles Boykin, pierde la atrapada en una conversión de dos puntos contra el profundo libre de los Tennessee Titans, Kevin Byard, durante la segunda mitad de un partido de fútbol de desempate divisional de la NFL en Baltimore el 11 de enero de 2020. Foto: AP / Nick Wass. | Foto: Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.

Por su parte, la especialista en investigación en la Escuela de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston manifestó que la historia ha demostrado que boxeadores también tienden a sufrir estos problemas a largo plazo. “Aunque investigaciones pasadas se centraron en la relación entre el fútbol americano y el riesgo de ETC, al igual que históricamente se observó en los boxeadores, este deporte podría también influir en el riesgo de otras afecciones neurodegenerativas como el Parkinson”.