El contexto social que actualmente atraviesa Europa debido a la guerra que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, está efectuando sobre Ucrania, por una lucha que de fondo es de poder y económica, con miles de víctimas, tiene otros daños colaterales, de los que cada vez se va tomando más conciencia conforme avanza el tiempo.
Por ejemplo, los interrogantes referentes a la participación o inasistencia de los atletas rusos, ucranianos y rusos en los próximos Juegos Olímpicos que se celebrarán en París el próximo año 2024.
No pasa inadvertido el hecho de que hasta los profesionales en el deporte sufren las consecuencias de una guerra que ellos no decidieron , y es que para nadie es un secreto que la migración de distintas profesiones ha aumentado en Europa por causa de los crímenes del presidente ruso.
Es por eso que con cada competencia que involucra a las selecciones e incluso a deportistas individuales de estas naciones, surgen los distintos interrogantes. Dentro de un año se espera que la máxima competición sea un escenario en el que las distintas disciplinas puedan desarrollarse con optimismo, emociones positivas y sirvan de integración de los pueblos. Sin embargo, dadas las consecuencias eventualmente podría no ser así.
La acogida, en los Juegos Olímpicos, de deportistas de diferentes países durante los conflictos bélicos de sus naciones, según lo manifestado por un integrante de la Comisión de Atletas del Comité de Organización de los Juegos Olímpicos de París (COJO), quien además decidió ser anónimo en este tema, “es algo que ya pasó varias veces y los organizadores lo han sabido gestionar en cada ocasión” afirmó.
Mencionó también que desde hace años los países que tienen una enemistad deben cohabitar el espacio dentro de la competencia en los Juegos Olímpicos, “si a los rusos se les autoriza a competir bajo bandera neutral, no estaremos ante algo desconocido”, enfatizó.
Esto abre la posibilidad de que durante la competencia se vea a los deportistas en una posición incómoda frente a sus adversarios, que ya no solamente sería por la disputa en sus respectivas disciplinas, sino por las posibles ideologías encontradas durante los encuentros. Las banderas, los gestos y los ánimos podrían ser un factor determinante dentro del desenvolvimiento y la concentración que cada uno de los clasificados determine importante.
El espíritu olímpico debería prevalecer. Cabe resaltar que en otras ocasiones ya se han presenciado situaciones como la actual durante las justas, y es el caso de los casi ocho años de conflicto entre Irán e Irak, quienes durante 1980 y 1988 participaron de los Juegos y se tuvieron que cruzar, tratando de poner siempre por delante la omisión al detalle de sus contextos sociales nacionales. Fue también el mismo caso entre Irán y Estados Unidos.
La fuente anónima, pero cercana a las instancias deportivas, afirma no recordar una pelea en las zonas comunes donde se cruzaron los deportistas de los distintos países que tenían a su nación en guerra “Existe de verdad esa idea de la tregua durante los Juegos Olímpicos. Los atletas vienen aquí a celebrar el deporte” añade.
Rusia en los Juegos Olímpicos
Hasta el momento la COI no se ha referido a una negativa con respecto a la presencia de los nacionales en París 2024. Sin embargo, esto se da después de la exclusión del deporte mundial de los rusos y bielorrusos luego de la invasión de Ucrania, por lo que la recomendación fue para que las federaciones internacionales reintegraran a los competidores bajo la condición de que ninguno hubiera apoyado la guerra activamente.
Sin embargo, los que no están de acuerdo con la reintegración son los ucranianos, que amenazan con boicotear los Olímpicos de París considerando que para ellos “es ante todo una postura política, de lobbying”, como lo afirma el geopolítico del deporte Lukas Aubin.