La época de los 90 en el fútbol colombiano dio como fruto la explosión de varios jugadores que llevaron a la Selección a tres mundiales de manera consecutiva, consolidándose como uno de los equipos más poderosos al rededor del mundo, a pesar de que muchos de esos talentos tenían pocas oportunidades en el ámbito internacional por la poca visibilidad del deporte en Europa.
Es por eso que las principales figuras de la Tricolor tomaban las oportunidades que les llegaban desde Argentina o Brasil, mercados emergentes ante las pocas ofertas desde el ‘viejo continente’. John Jairo Tréllez, campeón de Libertadores con Nacional en 1989, es uno de ellos.
Después de mostrar toda su calidad con el conjunto verdolaga, la Turbina aceptó una propuesta de Suiza, donde estuvo un par de años jugando con el FC Zürich. Al final no se acostumbró e incluso terminó quedando fuera de los convocados para Italia 1990, razón que lo llevó a regresar a Nacional en el año de 1991.
Ahí disfrutó otros tres años de buen nivel antes de salir nuevamente al exterior, más precisamente a Boca Juniors, de la mano del famoso técnico César Luis Menotti, campeón del mundo con Argentina en 1978. “El Flaco fue como mi papá, me mimó y me entendió. No funcioné, pero fue una gran persona. Por la hinchada, me transformé en un acérrimo fanático de Boca”, contó Tréllez en una entrevista para Infobae.
Esa llegada a Boca se dio después que Menotti fue invitado por Atlético Nacional a un partido ante Estudiantes, en el que Jhon Jairo salió como figura y dejó descrestado al técnico, que poco tiempo después fue designado para entrenar al conjunto xeneize. “Las cosas no me salieron como quería y Boca era un trampolín para ir al Real Madrid. Yo había hablado con Jorge Valdano con la idea de estar seis meses en el equipo argentino y luego ir a la Casa Blanca. Pero no se me dio”, confesó el exjugador nacido en Turbo (Antioquia).
Tantas eran las expectativas que tenía el técnico en Tréllez, que decidió llevarlo por encima de Ronaldo Nazario, que empezaba a repuntar con goles en Cruzeiro a la edad de 17 años. Según dicha versión, Boca le puso a Menotti sobre la mesa los dos nombres y él vio mejores cualidades en un jugador de mucha más experiencia, en ese momento, como era el colombiano.
“En ese momento teníamos mucha proyección él y yo. Ronaldo jugaba en el Cruzeiro y yo en el Atlético Nacional. Me eligieron a mí y él se fue para el PSV de Holanda”, recuerda el delantero apodado como La Turbina, por su lugar de nacimiento y la agilidad que mostraba dentro del campo de juego.
Tréllez solo duro unos meses en Boca Juniors, se perdió el Mundial de Estados Unidos, y tuvo que emerger a Brasil para jugar con el Esporte Clube Juventude, antes de regresar por tercera ocasión a Atlético Nacional. “Eso era normal (los insultos), porque si no juego bien no puedo pretender que me tiren ramos de flores. El jugador de Boca debe acostumbrarse a eso. Es un equipo muy grande que mete presión y el futbolista deberá soportarlo”, afirmó.
En el recuerdo queda que el atacante antioqueño vistió la número 10, la misma que hizo historia con Diego Armando Maradona y Juan Román Riquelme. “Me gustó porque sabía la confianza que me estaba dando Menotti. Me había visto jugar y creyó en mi capacidad para portar la 10 de Boca. Pero no rendí. Fue una pena porque como equipo fuimos un seleccionado de Sudamérica en Boca, por la jerarquía de los jugadores”, dijo.
John Jairo Tréllez se queda con la experiencia de lo que vivió en el cuadro azul y oro. “Cuando llegó Maradona me llevé genial con él, con Claudio Caniggia, también. Con ambos empecé a hacer la rehabilitación de mi rodilla. Era un grupo alegre, pese a que los resultados no nos acompañaron. Igualmente, por naturaleza, los argentinos son así”, afirma.
¿Alcanzó a jugar con Diego? “No en un partido oficial, pero sí en un amistoso. Diego volvió a entrenar con el plantel de Boca tras cumplir con su sanción deportiva (después de USA 1994). Como me estaba recuperando y me quería ir, Maradona le pidió a Menotti que no me citara a disputar la revancha ante River. De esta manera, me fui a jugar un amistoso con Diego y Caniggia”, recuerda Tréllez.