El veterano Carlos Queiroz, seleccionador de Irán y quien en su momento dirigió a la Selección Colombia, lamentó las oportunidades perdidas por su equipo en la derrota del martes 1-0 ante Estados Unidos y deseó suerte a su rival para los octavos de final del Mundial.
El partido, en el que Irán podía clasificar a los primeros octavos de su historia, estuvo envuelto de una fuerte carga política por las décadas de enemistad entre ambos gobiernos y las actuales manifestaciones contra el régimen de Teherán, pero se desarrolló sin incidentes entre ambos equipos, que se saludaron amistosamente antes del pitazo inicial.
“El sueño ha terminado”, resumió Queiroz en la conferencia de prensa en el estadio Al Thumama de Doha. “El equipo que marcó en el primer tiempo merece ganar. No hemos marcado y nos han castigado”.
“En el fútbol lo justo no existe. Felicidades a Estados Unidos y buena suerte para ellos en los octavos de final del Mundial”, dijo sobre el cruce que enfrentará el sábado a los norteamericanos y Países Bajos.
“La primera parte fue de los estadounidenses. Ellos empezaron mucho mejor que nosotros, fueron más rápidos, tuvieron mejor control del juego. Merecían marcar, sin duda”, reconoció Queiroz.
“La segunda parte fue todo lo contrario. Volvimos al campo con fuerza. Cerramos los espacios, les hemos frenado poco a poco y hemos creado ocasiones, más de las que tuvo Estados Unidos en la primera parte. Pero, por desgracia, en el fútbol se castiga al equipo que no marca”, lamentó el técnico portugués.
Irán concluyó en tercer lugar del Grupo B con 3 puntos logrados en un memorable triunfo 2-0 ante Gales.
“Tenemos que afrontar la realidad y volver mejor y más fuertes y prepararnos mejor para la próxima vez que nos clasifiquemos”, dijo Queiroz mirando al futuro. “Seguir adelante e intentar ganarse el respeto, la admiración y la credibilidad en todo el mundo. Porque creo que se lo merecen”.
En la última jornada del grupo B en el Mundial de Qatar 2022, Estados Unidos e Irán ofrecieron un duelo vibrante que en la previa tuvo un tinte polémico por el contexto político y el rifirrafe entre miembros el conjunto iraní y Jürgen Klinsmann, miembro de la Fifa que arremetió en estos días contra esta selección.
Ahora bien, en cuanto al tema futbolístico, el equipo de Irán necesitaba una victoria ante los norteamericanos para lograr una histórica clasificación a los octavos de final de la cita orbital. La ilusión en esta selección estaba latente y más por la victoria conseguida ante Gales en la segunda jornada por 2-0.
Por su parte, Estados Unidos también llegaba urgido a la última jornada, pues en sus dos presentaciones anteriores había logrado pálidos empates que los obligaba a sacar un buen resultado ante la selección de Queiroz.
En ese orden de ideas, el partido, que llevado a cabo en el estadio Al Thumama, tuvo inicio movido por parte de ambas selecciones, pero la primera en tomar las riendas de la posesión fue Estados Unidos, que por medio de jugadores como Pulisic, Sargent y Weah, inquietaron en un par de veces el arco iraní.
Sobre el minuto 27 de juego se dio la opción más clara por medio de la joya Weah. Un disparo mordido por parte de Weston McKennie permitió la posibilidad para que el delantero que milita en el Lille buscara abrir el marcador, pero su remate se fue por fuera.
Ya sobre el final de la primera mitad, el marcador se rompió a favor de los estadounidenses. Christian Pulisic fue el encargado gracias a un remate que capitalizó dentro del área rival, dejando sin posibilidad alguna al portero rival.
Al regreso del vestuario, el veterano técnico Carlos Queiroz mandó a Irán adelantar líneas y no tardó en poner en problemas a la pareja de centrales norteamericana, que nunca había jugado junta.
El recién ingresado Saman Ghoddos tuvo dos grandes oportunidades casi consecutivas, primero con un cabezazo alto tras ganarle la posición a Dest y después con una volea de primera que salió rozando el palo.
Aferrándose al resultado que buscaba, Estados Unidos realizó cambios defensivos para atrincherarse, pero no pudo evitar dos últimos grandes sustos en el descuento con un cabezazo de Morteza Pouraliganji que rozó el palo y un penalti reclamado por Mehdi Taremi.