De regreso a la actividad con el París Saint-Germain, sin un periodo de descanso después del Mundial, Kylian Mbappé optó por borrar la inmensa desilusión mediante un regreso inmediato al trabajo, una apuesta arriesgada en una temporada intensa, a nivel físico y mental.
El domingo 18 de diciembre, Mbappé firmó un hat-trick en Doha contra Argentina en su séptimo partido en 28 días. El lunes 19, con rostro serio, apareció ante miles de aficionados en el recibimiento en la plaza de la Concordia de París. El martes 20, sopló las 24 velas, en privado, por su cumpleaños.
Y el miércoles 21 decidió regresar a los entrenamientos con el PSG, una semana antes de recibir al Estrasburgo en Ligue 1.
Mientras Lionel Messi disfruta de una decena de días de descanso en Argentina para celebrar el título supremo, su compañero francés dijo no a las vacaciones que le ofreció su club. ¿Una forma de digerir mejor la derrota?
“No es lo ideal”, apunta Xavier Frezza, preparador físico que trabaja de forma individual con varios futbolistas profesionales. “Visto el número de partidos encadenados, la intensidad del Mundial, los 20 grados de diferencia entre Qatar y Francia, es absolutamente necesario un protocolo particular”, explica a la AFP.
Antes de recibir al Estrasburgo, Mbappé suma 29 partidos desde el 13 de agosto, nueve de ellos con la selección francesa.
Si el PSG llega a las finales de todas las competiciones en las que está en participando, le quedarían por delante 40 partidos en esta condensada temporada (23 en Ligue 1, seis en Copa de Francia, siete en Liga de Campeones y cuatro con los Bleus), lo que podría elevar el total a 69 partidos... lo nunca visto.
Riesgo de cansancio y lesiones
“Por fuerza, las consecuencias pueden llegar mucho antes del final de temporada”, se preocupa Xavier Frezza, para el que un parón, incluso de una decena de días “tendría su importancia para recargar pilas”.
Para Aurélien Simon, otro preparador físico, Mbappé “siempre ha demostrado cuidarse. Creo que subestimamos su umbral de tolerancia al dolor”.
Ambos especialistas evocan un doble riesgo -cansancio y lesiones- pero insisten también en el aspecto moral de la decepción de la final del Mundial.
“La derrota, más que la victoria, incita a cuestionarse cosas”, explica el preparador mental Raphaël Homat. “Su elección es sin duda perfecta para ocupar su mente y su cuerpo después de una decepción así, pero la ausencia de descanso puede crear desánimo, una propensión a irritarse, a relativizar menos”, explica.
Fase decisiva de la temporada
Sin embargo, un descanso de diez días, como Messi o Neymar, no asegura necesariamente los efectos deseados.
“Una verdadera recuperación son 21 días, un ciclo celular completo. Los diez días de corte sirven sobre todo en el aspecto cognitivo y social, tomar tiempo en familia, desconectar”, señala Aurélien Simon.
Antes de los duelos decisivos, especialmente en la Champions League, a partir del 14 de febrero contra el Bayern de Múnich, Mbappé tendrá sin duda ocasión de tomar descanso en partidos menos prestigiosos, como en Copa de Francia.
“Hay que dejarlo tranquilo en las funciones de alta carga física y contar con él más bien en las funciones tácticas”, considera Xavier Frezza.
Los especialistas interrogados por la AFP coinciden no obstante en el carácter “fuera de lo común” del internacional galo.
*Con información de la AFP.