El 28 de octubre de 2023, Nairo Quintana volvió a nacer. Lo hizo en una cuna ya conocida: la del Movistar Team, equipo con el que logró 40 victorias entre 2012-2019 y en el que fue bautizado como campeón de las grandes vueltas luego de obtener los títulos del Giro de Italia, en 2014, y de la Vuelta a España, en 2016.
De la que fuera su casa durante siete años, Nairo se fue cerrando la puerta. Se dijo que tuvo diferencias con Mikel Landa y Alejandro Valverde, agudizadas cuando el equipo en el Tour de Francia de 2019 designó a los tres como los capos de la competencia. Al siguiente año, Quintana buscó un nuevo hogar llamado Arkéa Samsic, al que el boyacense enalteció por tres temporadas. Con sus triunfos, el colombiano sumó los puntos que sacaron a la escuadra francesa de la segunda división.
Sin embargo, el 17 agosto de 2022 fue notificado por la Unión Ciclista Internacional (UCI) de haber “infringido la prohibición del uso de tramadol”. Lo descalificaron de la ronda gala, en la que fue séptimo, no continuó con el Arkéa y tras su defensa en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ninguna familia del ciclismo lo quiso adoptar.
“Seguiré batallando por competir y por continuar sobre la bicicleta hasta que mi cuerpo y mi mente resistan. No me rindo”, dijo Nairo. El año en el que estuvo luchando por limpiar su nombre fue como una competencia contra el cronómetro en ese complicado terreno. La edad, los señalamientos y el veto del que se habló en su gremio oscurecieron el panorama.
Justamente, faltando tres meses para iniciar 2024, el año que Nairo se puso como meta para volver al pedalismo élite o decir adiós de forma definitiva, el Movistar fue el único equipo que no le dio el portazo en la cara.
“Me fui del Movistar Team por decisión mía, quería tomar nuevos aires y tomar buenos retos. Siempre nos extrañamos”, dijo con la voz entrecortada el día en que le anunció al mundo que regresaba. Eusebio Unzué, mánager general del equipo, lo escuchó y lo recibió como un papá.
“Hemos vivido momentos difíciles. Espero que después de estos cuatro años volvamos a generar ilusiones”, indicó desde España.“Ya es uno más”, publicó el Movistar Team en sus redes sociales mientras Nairo lució el uniforme que para muchos no debió quitarse nunca.
Como si fuera su primer día de clase, llegó al campamento de pretemporada que planteó el equipo español desde el pasado 9 de diciembre y hasta el 20 del mismo mes para planear su calendario de competencias. “Mi gran ilusión es el dorsal en la espalda. Ese día me sentiré como el primer día de competición, cuando estaba en Tunja y sentía el hormigueo en la barriga”, afirmó.
Es el colombiano activo con más etapas ganadas en las grandes. Ocho victorias en total: tres en el Giro de Italia, tres en el Tour de Francia y dos en la Vuelta a España. El 2024 comenzará con la Vuelta a la Comunidad Valenciana, del 31 de enero al 4 de febrero.
Es incierta su presencia en el Tour Colombia 2.1, del 6 al 11 de febrero, y sueña con los Juegos Olímpicos.“He estado con muy buena forma y números como en mis mejores momentos. No sé si seré mejor o peor que Tadej Pogačar o Jonas Vingegaard, pero ya saben de mi mentalidad y lo necio que soy, quiero correrlo todo”.
Sin embargo, reconoce que no es el mismo Cóndor, como lo conocen en el pelotón, que abrió las alas a tantos triunfos. “Ser segundos dos veces en el Tour nos hizo soñar, se luchó. Hoy hay que levantar la mano y entregar la batuta. No me voy a engañar, ni a mí, ni a nadie”.
Quintana se siente como el hermano mayor de esta familia. Forma parte de los refuerzos para el equipo junto con Davide Formolo o Rémi Cavagna. Se reencontró con sus compatriotas Iván Ramiro Sosa, Einer Rubio y Fernando Gaviria. El buen hijo volvió a casa. “Esto es una victoria más, lo celebro como una carrera ganada conjuntamente. A nivel deportivo, sigo en forma y regreso a mi casa, así lo siento”, finalizó.