Helio Neto, uno de los sobrevivientes del accidente del club de fútbol Chapecoense, visitó este miércoles la montaña del noroeste de Colombia donde se estrelló el avión que lo trasladaba hace cinco años.
El excentral del Chape sembró árboles en la población antioqueña de La Unión como homenaje a las 71 personas que murieron la noche del 29 de noviembre de 2016. “Estando aquí ahora he entendido lo que significa la vida”, soltó Neto, uno de los seis sobrevivientes, en declaraciones a medios.
Neto, de 36 años, lució tranquilo durante el simbólico acto en Cerro Gordo, ahora llamado cerro Chapecoense, donde chocó la aeronave de matrícula boliviana.
El avión que trasladaba al equipo brasileño para disputar la final de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional se quedó sin combustible poco antes de llegar al aeropuerto de Medellín. Entre las víctimas había jugadores, miembros del club, periodistas y parte de la tripulación.
Acompañado de su mánager, Neto caminó junto a un trozo del fuselaje del avión que aún permanece en el lugar y posó sonriente con el dueño de la finca donde están los restos y con otros habitantes del sector. “Lo más duro para mí fue la pérdida de la vida de los que se fueron (...), era difícil asimilarlo todo”, recordó el ahora directivo del equipo verde.
El espigado defensor se retiró en 2019 sin lograr volver a jugar como profesional por las secuelas del accidente. Allan Ruschel, quien actualmente integra el América Mineiro, y Jakson Follmann, quien sufrió la amputación de una pierna y se dedicó a la oratoria y la música, fueron los únicos futbolistas que sobrevivieron.
Las investigaciones sobre la catástrofe han transcurrido en varios países y una comisión parlamentaria del Senado brasileño investiga la falta de indemnizaciones a familiares. La policía brasileña detuvo en septiembre a una mujer señalada de ser la responsable de autorizar el plan de vuelo de la compañía boliviana LaMia.
“No se hizo justicia, estamos luchando, hay muchas familias que (...) siguen luchando hoy”, se quejó el exfutbolista Neto. “No fue solo culpa del piloto (...), otros fueron culpables durante la tragedia”, agregó.
Cinco años de la tragedia
El 28 de noviembre de 2016 fue y seguirá siendo recordada como una de las fechas más desgarradoras en el historia del fútbol. El sueño de un equipo brasileño de disputar la final de la Copa Sudamericana no pudo materializarse en los estadios terrenales, debido al accidente aéreo que privó al continente de un partido épico.
Atlético Nacional esperaba al Chapecoense en al Atanasio Girardot para disputar la final de la Copa Sudamericana 2016. El equipo brasileño venía de empatar 0-0 con San Lorenzo y, gracias al gol de visitante que marcó en el juego de ida –también terminado en empate–, tenía la ventaja para avanzar a la última fase del certamen.
El Chapeco había superado durante las fases de eliminación directa a Independiente de Avellaneda, en octavos de final; al Junior de Barranquilla, en cuartos, y obtuvo su paso a la final luego de dejar atrás a San Lorenzo. Del otro lado lo esperaba Atlético Nacional, en Medellín.
La gloria estaba cerca y solo un partido los separaba de la posibilidad de alzar la Copa. Sin embargo, el destino sorprendió con una jugada inesperada: el accidente aéreo que provocó la muerte de 71 personas aquel 28 de noviembre de 2016.
El vuelo 2933 de LaMia (Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación) partió desde el aeropuerto Internacional Viru Viru, en Bolivia, hacia el aeropuerto internacional José María Córdova, en Antioquia.
Sin embargo, el avión nunca llegó a su destino. A pocos kilómetros de la pista de aterrizaje, la aeronave descendió súbitamente y se estrelló en una zona montañosa conocida como Cerro Gordo, en el departamento de Antioquia. 71 personas fallecieron aquella noche y solo sobrevivieron los jugadores Jackson Follman, Alan Ruschel y Helio Zampier Neto, la auxiliar de vuelo Ximena Suárez y el técnico Erwin Tumiri.
*Con información de AFP.